Aunque los homicidios en el país han disminuido, al punto de tener hoy la tasa más baja en los últimos 20 años (menos de uno por ciento por cada 100 mil habitantes), el derramamiento de sangre sigue siendo alto. Preocupa ver cómo la violencia ha ido mutando y se ha trasladado a las esferas privadas, a la vecindad, sobrepasando la que genera el conflicto interno.

Inquieta el incremento de las lesiones no fatales (violencia interpersonal, familiar, accidentes, abuso sexual), y que está en el rango del 30% de los casos relacionados con intolerancia, riñas y ajustes de cuentas. La misma preocupación se presenta en el tema de suicidios de menores de edad.

Carlos Eduardo Valdés, director del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, señaló que tan solo en 2014 se recibieron 25.225 casos por muertes violentas.

“Desde hace dos décadas la Organización Mundial de la Salud ha considerado las lesiones de causa externa como un problema sanitario a nivel mundial”, señala el informe ‘Forencis 2014, Datos para la vida’ en el que se puntualiza que aproximadamente 5,8 millones de personas mueren cada año en el mundo por esta causa.

“La única solución para reparar este tejido social - dice Valdés- es la educación en paz y armonía que se imparta a los niños y niñas para generar más tolerancia”.

‘Forencis 2014’

Está mutando la violencia…

Sí. A pesar de que se presentaron menos homicidios, estamos registrando un incremento de la violencia no fatal, es decir, de lesionados.

¿Cuál es la característica de estos nuevos escenarios de violencia?

Las lesiones que se están causando son cada vez más invalidantes, son lesiones con más intensidad.

¿Por qué se están presentando tipos de violencia como quemar con ácidos, y otros casos que parecieran cada vez más aberrantes?

La violencia y sus formas de aplicarse se transmiten fácilmente: de voz a voz, por los medios, por las películas. Ahora el delincuente busca variar la forma como ejerce la violencia, tratando que sea menos fácil de detectarse, inclusive, buscando ser más efectivos, causar más daño.

¿Los lesionados están en qué rango de edad?

Hay que observar esto con mucho cuidado pues los lesionados son las personas que están en edades productivas, entre los 20 y los 35 años de edad.

Violencia intrafamiliar, el dolor de cabeza...

Este es un tema muy preocupante, pues la violencia de pareja e intrafamiliar es del 8,4 por ciento, y en lesiones no fatales se acerca al 30 por ciento. Esta es la violencia que afecta a las mujeres, y va en aumento.

El suicidio…

En 2014 se presentaron 53 casos de suicidio en menores de entre 10 y 14 años de edad. Esto no debería suceder, y habla de lo que es la sociedad. Los suicidios han ido aumentando poco (1%), pero han crecido.

La paz

Medicina Legal va a ser protagonista en caso de un acuerdo de paz en la Habana…
El Instituto es una entidad científica y técnica. Creemos que la paz requiere de verdad, pero de una verdad científica, no la verdad producida por quienes puedan tener intereses en uno u otro sentido. Nosotros aportaremos la verdad científica, y eso permite pensar que se va a dar una verdadera reparación.

¿Qué se viene para Medicina Legal tras una eventual firma de la paz?

En ese nuevo escenario, el tema de las víctimas, su afectación social por el conflicto y la afectación colectiva, van a ser muy importantes. El instituto no solo se está preparando para el dictamen y la evaluación individual, sino que ya tenemos expertos para evaluar la afectación colectiva de las comunidades.

¿Cuál será el compromiso de la entidad?

Cuando se habla de reparación hay que tener en cuenta que no se puede reparar algo que no se conoce. Necesitamos demostrarle al país qué pasó y cómo sucedieron los hechos de violencia. Esa verdad llevará a determinar las realidades.

¿Cómo se están preparando, qué necesitan para cumplir a cabalidad su misión?

Estamos preparando el personal logístico, técnico y científico, pero requerimos mayor compromiso y cooperación de los Gobiernos Nacional, Departamentales y Municipales. Hay que decirlo: Nosotros somos la esponja que recibe la sangre y el dolor del país.

¿Qué tipo de apoyo?

Para que las cosas salgan bien el Instituto debe hacer presencia en todo el país.

¿Problemas por el presupuesto y por profesionales?

En la actualidad escasamente contamos con 1.898 funcionarios, incluido el Director, y solo hacemos presencia en el 10 por ciento del país. Además, contamos con una infraestructura que en su mayoría es prestada. Eso es terrible. Si vamos a hablar de paz y de la verdad que requiere el país, se debe prestar atención al Instituto.

Las regiones

¿Cómo están las regiones de cara al panorama de violencia?

El Valle del Cauca mantiene los niveles más altos de homicidios en el país, especialmente en la Costa Pacífica; lo siguen Antioquia y Bogotá.

¿Y en lesiones personales?

En este tema las dos primeras posiciones las mantienen Valle del Cauca y Antioquia, y en tercer lugar está Cundinamarca. Hay que ponerle mucho cuidado a Arauca, Orinoquía, Casanare, Vichada y Guainía, donde la violencia sexual y las lesiones personales están aumentando.

Medicina legal en blanco y negro

Problemas…

El principal problema es que no tenemos el presupuesto ni el personal necesario para atender la violencia que genera el país. A esto se suman los problemas de uso de tecnología, pues a pesar de que usamos tecnología de punta, pues somos líderes a nivel Iberoamericano, el presupuesto para mantener esa tecnología es muy exigente. Y en cuanto a personal, necesitamos duplicar la nómina.

¿Qué ha pasado en la Escombrera (Medellín)?

Estamos colaborando con la Fiscalía y la Dijín en los exámenes científicos para identificar los cuerpos y poder determinar las cusas de la muerte y encontrar elementos de juicio probatorios para encontrar los responsables.

¿Cuándo va a haber resultados?

Es aventurado poner un tiempo. Esperamos los primeros cuerpos y saber de la complejidad para poder dar una fecha probable.

Hace casi diez años se habló de tres mil fosas comunes en Putumayo, ¿qué pasó con eso?

Cada vez que se habla de estos temas las cifras crecen, pues se dan más versiones, más hechos y registros concretos. Hoy en el país tenemos más de 50 mil cementerios, entre legales y clandestinos o fosas, a los que tenemos que llegar. Esta es una labor que ya se inició con la misión de búsqueda de personas desaparecidas.

*Bogotá | Colprensa