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Columnistas
80 años registrando la historia
Domingo, 17 de Mayo de 2015

Luis Eduardo Páez García es hijo de historiador y nieto de historiador, y él mismo – no podía ser de otra forma – es historiador. Desde hace cerca de tres lustros preside la Academia de Historia de Ocaña. En esta ocasión, y como siempre, se lució en la organización de la celebración del octogésimo aniversario de su fundación.

Naturalmente no se habló en Ocaña durante los días 13, 14 y 15 de mayo  sino de historia, mas la poesía, la música y las bellas artes plásticas fueron igualmente invitadas de honor  en el Complejo Histórico de San Francisco y en el Museo de la ciudad de Ocaña Antón García de Bonilla – ese es el propio nombre del museo -. El domingo 17 cerraba con broche de oro el certamen cultural el presbítero Tulio Grimaldo Sánchez – mi compañero de estudios en el seminario del Dulce Nombre  –con el lanzamiento de su segundo libro de homilías que tituló “Predicación y perfiles”, acto que se cumpliría en la biblioteca del colegio Edmundo Velásquez en el corregimiento de Otaré.  El padre me ofreció transporte para ir al alto caserío al que no visito desde que muy mozos subíamos a pie, y otros halagos como un tentador sancocho con aves de corto vuelo criollas, pero los compromisos en esta urbe no me permitieron atender la gentil invitación. Acordamos con don José Isaac Mendoza  Lozano, su mánager y director ejecutivo de la Fun
dación Empresarial Olcania, en que de todos modos me obsequiaría y enviaría el libro.   

Se fajaron con sus disertaciones los doctores Iván Vila Casado, presidente de la Academia de Historia de Norte de Santander, Pablo Emilio Ramírez Calderón, Olger García Velásquez y Luis Eduardo Lobo Carvajalino. Ahora, las intervenciones del anfitrión,  el querido y respetado Lalo Páez, rememorando las etapas de conformación de la Academia y la envergadura intelectual de los fundadores, así como la obra titánica de edición de la revista “Hacaritama”, órgano de difusión de la Academia, verdadera joya por la calidad de los estudios que ha publicado, fueron didácticas y enriquecedoras, dentro de reflexiones y llamados a no dejar perder nuestras tradiciones y valores terrígenos, y a contar la vida de la patria siguiendo una tercera línea, la de la verdad objetiva y transparente, relegando las líneas extremistas de la izquierda y de la derecha que no han hecho más que tergiversar la historia por acomodarla a sus ideologías.

Mención especial merece el discurso de la linda y espigada Secretaria de Educación, Cultura y Turismo del municipio de Ocaña, doña Paula Yaneth Conde Galvis. Todos coincidimos en su inteligencia – por supuesto que en su belleza – y en el dominio del tema. ¡Felicitaciones a ella y a su alcalde Jesús Antonio Sánchez Clavijo a quien representó excelentemente!

La gastronomía tampoco quedó por fuera. Si no, que lo digan el vino y la variedad de pasabocas el día de la sesión solemne, y el almuerzo con platos típicos en el Club Ocaña. ¡Qué  ricura!

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