Circula en las principales librerías de Bogotá el más reciente libro de Jorge Meléndez Sánchez, titulado “Altivez y política. El arte de ganar enemistades”, que constituye el primer tomo de una empresa que se ha impuesto el autor: escribir la biografía total de Laureano Gómez Castro, político conservador con raíces en la provincia de Ocaña, de donde son oriundos sus padres, y los del autor.

Quienes conocieron o han leído harto sobre el personaje asentirán en lo apropiado del título, si tenemos en cuenta que -según el DRAE- altivez es orgullo o soberbia, y la política fue la razón de ser de este “animal político”, al decir de Aristóteles, atributos que exornan al biografiado. Desde luego, independientemente de la forma en que Gómez ejerció la política.

En un momento en que los llamados partidos tradicionales -liberal y conservador- están reducidos a su mínima expresión y ya no constituyen opción de poder independiente, aunado al hecho de querer historiar objetivamente, es bienvenida esta obra de Jorge Meléndez, que, en cierta forma, complementa el libro “Laureano Gómez”, de Arturo Abella; y las dos obras anteriores del historiador norteamericano James D. Henderson: “Las ideas de Laureano Gómez” y “La modernización de Colombia. Los años de Laureano Gómez: 1889-1965”.   

El autor delimita el tema en forma precisa: el estudio del periodo 1909-1929 “visto desde Ocaña”, el cual coincide, inicialmente, con la caída del general Rafael Reyes en julio de 1909, y es en ese momento donde el padre Luis Jáuregui, jesuita español del colegio San Bartolomé, le plantea a Gómez la necesidad de fundar el periódico La Unidad para defenderse de los ataques de la prensa anticlerical, y aceptó. 

Desde sus inicios Gómez demuestra en La Unidad, periódico en el que inició su carrera periodística y política, que está enterado de los problemas locales o regionales; y en Bogotá fue cercano y vecino del general ocañero Guillermo Quintero Calderón, y también cultivó amistad con el expresidente José Vicente Concha, descendiente de ocañeros, podríamos decir que eran paisanos.

Difícil analizar en tan poco espacio los temas tratados en esta obra, pero sí podemos enumerarlos, saliéndome un poco del índice del libro, para abrir el apetito del lector objetivo y ansioso de conocer la vida y obra de un personaje que dominó el escenario político poco más de seis décadas del siglo XX.

Temas: estudio genealógico, donde el autor descubre que una hermana de Laureano se radicó en Convención, donde se sabe que existen parientes; la provincia de Ocaña y sus problemas de límites, la creación del departamento Norte de Santander, el ferrocarril que uniría a Cúcuta y Ocaña, la salida de Ocaña al río Magdalena, Ocaña convertida en centro de intelectualidad y cultura, la quema en Ocaña de documentos sobre manumisión de esclavos que denunciaban su ascendencia esclava por el lado materno, la feroz campaña contra Marco Fidel Suárez, el conservatismo histórico y nacionalista y un interesante capítulo sobre Gómez y la masonería. En fin, el libro es una investigación seria sobre historia política colombiana.