Las inscripciones hacia las elecciones de octubre quedaron listas en todo el país, todo ello en medio de una serie de cuestionamientos y escándalos en muchas de ellas que alcanzaron a salpicar por parte del partido verde a algunas de las nuestras; las campañas arman sus equipos para los tres meses que restan en las que se definirán quienes serán los mandatarios regionales a partir de enero del 2.016.

En Bogotá la incertidumbre política es total puesto que la apuesta de derrotar a la izquierda en las próximas elecciones, después de tres períodos en los que en temas fundamentales la ciudad no avanza, queda en un final de infarto en la medida en que Peñalosa, Pardo y Clara López registran hoy un empate técnico.

Cada administración que pasa en la capital sin que haya un avance en la construcción del metro por ejemplo, nos rezaga de las principales capitales del mundo, nos avergüenza, pone en evidencia nuestra incapacidad para esta obra que fácilmente hace 50 años tratamos de hacerla.

Todo ello para no hablar de la inseguridad de Bogotá y la movilidad que cada día se dificulta más. En medio de esos grandes lunares en la administración de la capital, no puede dejar de reconocerse que en el centro de la ciudad existe una actividad de renovación urbana en la que se rescatan antiguas construcciones coloniales, que al lado de la peatonización de otras vías, turísticamente la hacen interesante y por ello, a pesar de todo, siguen llegando extranjeros a visitarla.

Los retos de Bogotá para el alcalde que llegue serán enormes. En otra zona del país, la feria de los avales como llegó a señalar la W, generó en Santander un gran enfrentamiento político entre el director de Vanguardia Liberal, Alejandro Galvis, y Horacio Serpa a quien llegaron a tildarlo de demente senil por cuenta del respaldo a la inscripción del candidato a la gobernación. Sin duda, los intereses políticos y económicos prevalecieron en el otorgamiento de avales en esta campaña, por encima de los partidos políticos, que en esta feria
de avales quedaron muy rezagados.

En el caso nuestro el panorama no es el mejor. El Catatumbo nuevamente está a punto de estallar por cuenta de la implementación del glifosato en la lucha contra el tráfico de drogas, el incumplimiento de los pactos y ya se escuchan voces de un nuevo paro que por su complejidad sería mucho más impactante que el de hace dos años.

En la polémica desatada por la senadora del partido verde Claudia López, David Castillo aún podría corregir su error, a riesgo de  sufrir un desgaste político importante en caso de no hacerlo. Los cuestionamientos que se han hecho a los avales en varias regiones del país en circunstancias de desaceleración de la economía, muestran un panorama que no es el mejor, y peor aún para nosotros, en donde si sumamos la ya prolongada crisis de Venezuela, ahora a lo que pude venir con el Catatumbo, la verdad es que varios de los inscritos dejan muchas más dudas que tranquilidad hacia nuestro futuro próximo.