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Blancos y amarillos

Muy pronto tendremos servicio público conformado por la visita permanente de los taxis blancos y la superpoblación de amarillos.

Se aproxima la apertura de la frontera para todo tipo de vehículos y en medio de la euforia, no creo que las autoridades nacionales de transporte tuvieron en cuenta lo que sucederá una vez se normalicen la relaciones en materia de ingreso vehicular amparado por convenios binacionales de vieja data.

Me refiero a los automóviles de línea con matrícula venezolana que cubren las rutas que unen los municipios tachirenses con los de la capital nortesantandereana, cuya edad promedio supera los veinte años y cuyas condiciones técnico mecánicas no pasarían las más elementales pruebas, aspecto que pone en riesgo a los usuarios puesto que no es un secreto que la posibilidad de la renovación del parque automotor no será posible por razones conocidas.

A lo anterior le sumamos que los conductores de vehículos tipo taxi del hermano país cuyo color es blanco, ya circulan por la ciudad y luego de un año, conocen perfectamente todos los rincones, motivo por el cual la probabilidad de regreso es mínimo o nulo porque eso sería reversar financieramente en proporcionada escala, toda vez que varios de ellos quedaron atrapados hace un año y no creo que tengan en sus planes retornar, lo cual se traduce en una verdadera amenaza para los expertos del volante que atienden el servicio público tipo taxi en nuestro país, cuyos pagos por impuestos y seguros son verdaderamente altos, los cuales estarán en notable desventaja frente a los de matrícula extranjera, situación que debe valorarse previo a la reapertura fronteriza.

Por otra parte, la decisión tomada por la pasada administración municipal de crear el transporte metropolitano, bien lejos de solucionar problemas, ha permitido su vaga interpretación, puesto que los cupos para taxi asignados en los municipios que conforman el Área Metropolitana, son explotados en la ciudad y de ahí el excesivo número de vehículos que circulan cuyos representantes reclaman la no puesta en marcha del pico y placa, invasión de espacios públicos sin que medie autorización, estacionamiento en todas las vías arterias y demás peticiones que desbordan cualquier intención de mitigar tan complejo problema.

Supuestamente, la matrícula de nuevos vehículos para el servicio tipo taxi está suspendida, pero es notorio el aumento de ese tipo de automóviles con matrículas de municipios cuya población es menor al diez por ciento de la capital, aspecto que de seguro se encuentra dentro de los términos de la investigación pertinente y de no existir un pronunciamiento oportuno, la población de amarillos será tan grande que no habrá manera de solucionar un problema presuntamente calculado.

En conclusión, muy pronto tendremos servicio público conformado por la visita permanente de los taxis blancos y la superpoblación de amarillos, frente al mismo número de usuarios residentes en la ciudad.

 

Sábado, 20 de Agosto de 2016
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