Durante varios días, el periódico La Opinión ha publicado los resultados de una encuesta denominada: Cúcuta Como Vamos la cual es patrocinada por: Fundación Corona, Fundescat, Universidad Libre de Colombia, Cámara de Comercio de Cúcuta, Fundación Ecopetrol y el periódico La Opinión.

El ejercicio se repite anualmente en varias ciudades siendo los patrocinadores variables de acuerdo a la ciudad en la se realizan las mediciones.

La empresa escogida para la captura de información fue la del conocido consultor nacional de encuestas Napoleón Franco y es preciso aclarar que los patrocinadores no tienen injerencia en los resultados obtenidos en el ejercicio.

Son muchas las observaciones que se pudieran hacer sobre el trabajo publicado el cual ha merecido más críticas que reconocimientos y por el inmenso respeto que tengo con las personas naturales y jurídicas que respaldan el estudio, pretendo comentar lo que quiere ver nuestro alcalde Donamaris que ha pagado una sección importante del período full color, pago que hemos hecho los contribuyentes de la ciudad.

Aunque la encuesta refleje que ochenta y ocho de cada cien ciudadanos se sienten seguros en la ciudad, la verdadera respuesta la tienen el inmenso grupo de personas que son objeto de atracos, robos a sus casas y apartamentos, violaciones, secuestros y muchos otros delitos que no son denunciados porque el afectado sabe que no pasa ni ha pasado ni pasará nada con los delincuentes.

Lo más risible es la respuesta en la cual, el setenta y cinco de cada cien personas residentes en Cúcuta dicen no sentirse pobres; yo creo que es así.

No son pobres de espíritu porque basta con desplazarse a una de las nuevas ciudadelas construidas por el gobierno nacional o cerca a una de las varias invasiones ubicadas sobre el anillo vial occidental para concluir que hay pobreza absoluta.

Pero esa es la respuesta que excita a nuestro alcalde y por eso la publica con bombos y platillos pero en cambio guarda silencio con una de las preguntas más importantes como lo es el manejo de la inversión y la gestión en la cual se raja totalmente con calificaciones bajas así como la confianza y la trasparencia.

Razón le doy a una estudiante de Economía de la Universidad de Pamplona quien muy juiciosamente hizo un análisis de algunas de las respuestas encontradas y coincido plenamente con sus apreciaciones porque sería de tontos creer ciegamente en resultados de un ejercicio que se tomó aleatoriamente pero si realizamos un cruce de preguntas dentro de la misma encuesta es muy probable que deje en limbo buena parte del ejercicio.

Es imposible entender que los cucuteños se sientan satisfechos con Cúcuta como ciudad para vivir cuando no creen en la gestión ni en la transparencia de su alcalde y así se podrían cruzar otros resultados para concluir que alcalde sigue soñando con grandes cosas.

Finalmente la encuesta debió incluir una pregunta de responsabilidad ciudadana: ¿Ha hecho o permitido a un familiar un “cambiazo” en caso de accidente de tránsito?

(Cambiazo: obligar a otra persona para que asuma la responsabilidad de sus errores).