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Chinácota afortunada

En Cúcuta tertuliamos hasta que todo el mundo queda despellejado. 

Siempre he pensado que no solo entre los municipios de la extinta provincia de Ricaurte -y de pronto del departamento- Chinácota es el que mejor suerte ha corrido en el sentido de historiadores y cronistas que se han consagrado con empeño a desentrañar su historia.

No creo errar si afirmo que de todos los municipios de Norte de Santander fue el ingeniero Guillermo Solano Benítez el primer historiador o monografista, porque en sus cinco voluminosos tomos de “50 años de vida nortesantandereana”, que va de 1910 a 1960, encontramos referencias y datos que de otra forma hoy sería imposible conocerlos o hallarlos. 

Así las cosas, y en relación con Chinácota, a don Guillermo Solano Benítez le siguieron interesantes estudios sobre la ciudad, y quiero hacer una relación para los interesados en el tema: en 1932 don Luis Uribe Bueno publica “Sinopsis de la ciudad de Chinácota; en 1946 don Pedro María Fuentes, como Director Departamental de Estadística, publica “Monografía del municipio de Chinácota; en 2000 don Manuel Waldo Carrero publica “Chinácota: 1532 - 2000. Fin del milenio”, y ha publicado otros: Resumen histórico del colegio San Luis Gonzaga, Orígenes de Chinácota (1986), los Colombo-venezolanos (1987) y Resumen de la Guerra de los Mil Días y el Tratado de paz de Chinácota. En 2011 Guido Pérez Arévalo publica “Chinácota. Encuentros con la historia”.

Desde luego que existen muchos otros, porque basta con escribir sobre el Tratado de Paz de Chinácota para que se despachen en loas a la ciudad que tanto aman los cucuteños, menos quienes se trajeron el reinado departamental de la belleza para Cúcuta, que algún día volverá a la ciudad chitarera.

Ahora le correspondió el turno al joven e inquieto historiador Carlos Eduardo Torres Muñoz con su libro “Chinácota histórica y literaria”. Alguna vez asistí a una Feria del Libro, aquí en Cúcuta, y me acerqué a una compraventa de libros y el joven que atendía me llamó por mi nombre, era Carlos Torres Muñoz, y desde ese día somos muy buenos amigos de tertulia. En Ocaña hemos intervenido en Encuentros Orientales de Historia, en Bogotá apoyamos el stand de Norte de Santander en la Feria Internacional del Libro y terminamos con güisqui en el apartamento del escritor Jorge Meléndez Sánchez. En Cúcuta tertuliamos hasta que todo el mundo queda despellejado. Sobre “Chinácota histórica y literaria” quiero decir una cosa: cómprenlo, es interesante y útil. 

Lunes, 24 de Abril de 2017
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