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Ciclopaseo nocturno
Las personas que tenían como pasatiempo montar en bicicleta lo hacían a plena luz del día.
Sábado, 10 de Octubre de 2015

Hace algunos años, las personas que tenían como pasatiempo montar en bicicleta lo hacían a plena luz del día, siendo sus rutas favoritas las vías y avenidas principales de la ciudad.

Algunos un poco más arriesgados, tomaban rutas alejadas del perímetro urbano en pequeños grupos de cuatro o seis deportistas.

Esas bicicletas se conseguían por lo general en los llamados Sanandresitos y su costo era variable de acuerdo al sitio de compra y a las características del caballito de acero.

Con el tiempo, las costumbres y los equipos han tenido una importante metamorfosis que va desde el tipo de bicicleta, pasando por la indumentaria hasta las rutas y horas de recorrido.

Las bici son muy livianas, sus sillas son adquiridas con especificaciones para cada cliente, los trajes poseen cinta reflectiva, los zapatos poseen ganchos para engarzar el pedal, el casco además de ser liviano es seguro y las luces pueden estar tanto en el traje como en el casco siendo su luminosidad  tan potente que en la noche sería imposible ignorar.

Los grupos se reúnen cuando el sol se oculta y por arte de magia convergen  hombres y mujeres de todas las edades sobre la Avenida Cero con calle 20 , cerca al puente Francisco de Paula Andrade (Puente de la Cero).

Su propósito es realizar un paseo nocturno que muchas veces tiene su fin cerca a la media noche.

Se trata de un grupo que oscila entre treinta y ochenta personas acompañadas por familiares en vehículos particulares y con eventual protección de la autoridad, siendo ese el motivo que inspira la presente columna.   

La mayor parte de los conductores  de todo el país conducen de manera agresiva poniendo en riesgo permanente a los ciclistas, siendo innumerables los casos en que han sido atropellados y enviados a los centros hospitalarios para su recuperación, aunque también son muchos los casos en los cuales el desenlace ha sido luctuoso.

Entendemos las múltiples tareas que a diario cumple con lujo de detalles la Policía Nacional, pero es necesario el acompañamiento permanente con vehículos de la institución para lograr la dosis de respeto necesaria y se pueda reducir el riesgo de accidente.

Por otra parte el grupo estaría en condiciones de seguridad óptimas tal como es el deseo de todos los residentes de una ciudad que trata de despertar de todas las pesadillas sociales que le aquejan.

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