En el llamado Foro de Concordia, llevado a cabo en Atenas, el expresidente Álvaro Uribe, se dedicó a despotricar contra el Gobierno de Colombia y, en especial contra su primer mandatario, Juan Manuel Santos.
En un tono, donde el odio, el resentimiento y la rabia, fueron los principales protagonistas, se dedicó a envenenar el ambiente internacional contra el Gobierno de Colombia y contra su primer mandatario. Jamás ningún colombiano, menos un expresidente, había enlodado tanto el prestigio de nuestra nación. Lo imperdonable es que quien lo hizo fue Álvaro Uribe Vélez, el personaje en cuyo gobierno se cometieron las peores atrocidades contra el pueblo. Nadie que haya gozado de tanta impunidad durante los 8 años en que ejerció el mandato presidencial.
Irónico resulta que a un hombre que hasta el momento la justicia no le ha pasado factura por los delitos en que él ni la mayoría de sus altos funcionarios cometieron, ni por los crímenes cometidos al amparo de la seguridad democrática, ni por la gran cantidad de líderes de la oposición que fueron perseguidos y a los que señalaba de terroristas, ni por la gran cantidad de defensores de derechos humanos, que fueron impunemente masacrados, ni por el sinnúmero de funcionarios de su gobierno, condenados por delitos que van desde la corrupción hasta el narcotráfico, ni por las escandalosas chuzadas contra los magistrados de las altas cortes, ni por los descarados negocios de sus hijos en las zonas francas de Colombia, ni por la persecución contra los periodistas que de decidieron a cuestionarlo, ni por la imperdonable invitación que les hizo a los jefes paramilitares para que intervinieran en el Congreso Nacional, ni por su permanente negativa a mostrar sus declaraciones de renta ni la de sus familiares, a la manera de lo que ahora hace el bribón de Donald Trump , actual presidente Norteamericano.
No obstante que me faltaría mucha información por incluir en esta columna sobre las ocurrencias delictivas de Uribe Vélez, solo he mencionado una parte de ellas, con el propósito de resaltar el hecho de que quien lleva sobre sus hombros tan cuestionado inventario, sin recibir el merecido castigo , la mayoría de las veces por prescripción de las respectivas conductas , es el mismo que en foros internacionales explande su boca para referirse a la supuesta impunidad del Presidente Santos y su Gobierno. Con la tranquila frescura de quien goza, a la vez de fuero presidencial e inmunidad parlamentaria, en Grecia se desparramo contra las FARC , de quien dijo gozaban de total impunidad, al amparo de la tolerancia y complicidad del Gobierno Santos.
Nunca en un auditorio internacional se habían dicho tantas mentiras, tantas exageraciones, tantas difamaciones y tantas calumnias , contra su propia patria y sus propias instituciones. Definitivamente, el expresidente Álvaro Uribe Vélez, no solo es el peor enemigo del Gobierno, sino el enemigo número uno de la paz. Él, es un personaje que necesita de la guerra pues en la paz no encuentra ningún espacio para sus deleznables propósitos
