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Cruce de caminos

Pero el destino gana la mayoría de las veces, porque sabe envolver con la magia de la seducción mundana.

Ha sido labor del destino hacernos topar unos con otros. Hemos debido apuntar todo, los datos, la forma de conocernos, las pequeñas y las grandes cosas, los ojos bonitos que nos miraron, las sonrisas, en fin, los impactos de lo que nos ha sugerido la vida, porque eso permitiría reconstruir el tiempo y, en especial, valorar las cosas que se dejaron pasar y tenían el propósito de haberlo cambiado todo.

Ahora, al paso de los años, uno ya no puede y a veces de seguro, no quiere, recordar cómo jugaba al escondite con el tiempo, quizá evadiendo el reto de cruzar los linderos de lo normal, para sólo quedar al amparo de lo más seguro, cercano y fácil: por eso, quienes pasaron los árboles que ocultaban el camino y fueron un poco después de los sueños, supieron de un universo maravilloso, al alcance del pensamiento; sólo que, para alcanzarlo, era necesario evolucionar y, sacrificar opciones que, entonces, se creían ventajas y no eran sino fraudes. 

Pero el destino gana la mayoría de las veces, porque sabe envolver con la magia de la seducción mundana y nos hace olvidar el don de soñar, como los pájaros, con horizontes pendiendo del hilo de un esfuerzo que podía hacerse realidad sólo con pensar, intuir y dar valor a los sentimientos. 

Cuántas veces, alargando la mano, hubiéramos podido escoger el trigo de sembrar, o voltear la página de un libro para sentir que la danza de la existencia tenía borbotones de valores y disfrutar aquellas cosas simples que, tal vez, no percibimos en nuestra necedad. (Amar a alguien, atender un sabio, escuchar el silencio, o dejar de lado la brevedad de lo inútil que se camuflaba en necesidades que no eran de verdad).

Ahora es una especie de tortura la pregunta: ¿qué hubiera hecho yo si hubiera asumido, a tiempo, la misión de descubrir mi verdad? -Yo, personalmente, viviría en un pueblo pequeño, de clima frío y tendría una parcela: me hubiera dedicado a cultivar mi soledad-. 

Domingo, 20 de Noviembre de 2016
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