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Deberes ciudadanos ineludibles
No debe haber contradicción entre las exigencias de los dirigentes regionales y el comportamiento en el manejo del poder local.
Sábado, 2 de Julio de 2016

La vida en comunidad impone deberes ineludibles. Un código de conducta como soporte de convivencia y en general de cultura ciudadana para hacer armónicas las relaciones entre las personas, libre de prejuicios, de discriminaciones, de intolerancia, de odios y otras mezquindades que afloran en el pantano de los resentimientos caprichosos.

Las relaciones entre los habitantes de una ciudad genera compromisos de comportamiento respecto al manejo de intereses comunes.  Es algo prioritario, tanto más, para el caso de Cúcuta, ahora que sus concejales hablan de una crisis abrumadora, ante la cual no solamente hay que actuar sin pérdida de tiempo, pero, por sobre todo, con transparencia que garantice rectitud en el manejo de los recursos oficiales.

No debe haber contradicción entre las exigencias de los dirigentes regionales al Alto Gobierno y el comportamiento en el manejo del poder local. Es decir, que la administración del patrimonio público no puede estar sujeto a la codicia de quienes tienen esa función.

La corrupción, que es un flagelo inocultable,  diezma las posibilidades de aplicar soluciones a los problemas que afectan a la población y promueve la acumulación de saldos negativos en todo. Por eso, su erradicación es un imperativo si se quiere avanzar en el mejoramiento de las condiciones de desarrollo de la comunidad. No es compatible el progreso con aquello que implique el menosprecio a los principios del buen Gobierno.

De cara a los deberes ciudadanos con respecto al entorno donde se vive, conviene tomar en cuenta todo aquello que contribuye a  la satisfacción de las necesidades esenciales, a fin de que las personas puedan ver realizados sus ideales y comprobar que sus sueños, sus utopías también pueden trascender a la realidad y convertirse en creaciones articuladas a la existencia cotidiana de la sociedad.

Los deberes de quienes habitan la ciudad no pueden depender del ánimo temperamental que se tenga.  Se trata de una conducta coherente para el cumplimiento de los fines inherentes a una sociedad con estimación de sí misma. Esto debe llevar al rechazo de abusos y desvíos que muchas veces se manejan desde las posiciones de poder, con mentiras y simulaciones que están del lado opuesto a la verdad y al interés colectivo.

La posibilidad de salir de las recurrentes encrucijadas que asedian a la mayoría de la población implica un escrutinio crítico de los actos públicos para impedir los desatinos tan recurrentes en los círculos de los burócratas sin pudor.

Hay que poner los deberes ciudadanos como reflector que permita llegar a la certeza de lo que hacen los que tienen el mando.

Puntada

El acto de celebración del quinto aniversario del Círculo de Periodistas y comunicadores de Norte Santander fue la confirmación de la legitimidad que ha alcanzado la organización. Representa muy bien al gremio. Va en el rumbo correcto y sus directivos no están tras indebidos aprovechamientos. Lo que buscan es que el ejercicio del periodismo tenga credibilidad por su veracidad y su decencia. Felicitaciones a la presidenta Alix Marina Ojeda y a sus compañeros de navegación.

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