No tengo ni idea cuál fue el motivo de la reciente reunión del comité Pro-Cínera, un embeleco inútil, igual al futuro del acueducto metropolitano, si se da, creado por  Edgar de Jesús, para meterles los dedos a la boca a muchos ingenuos del sector privado. 

Tal parece que  fue como una “Tomatina” al mejor estilo del municipio valenciano de “Puyol”, que se celebra todos los años el último miércoles de agosto. Obviamente con Tomate abordo, solo que los únicos que arrojaron tomates fueron el inefable secretario Mendoza que es el que manda y su sumiso Gobernador. 

Quise asistir  mediante Derecho de petición virtual, pero la web de la Gobernación que es otro embeleco de fachada, no funciona,  y a esta hora el Gobernador no me ha respondido.  

Los asistentes, me informan que el mejor tomate lanzado por Edgar, fue la destinación de mil millones de pesos recuperados, para estudios. Los mismos que William en uno de sus “raptus” iluminantes de ineficiencia, devolvió al nivel central cuando terminaba su pulcra gestión 2008-2011. 

Otro sofisma para distraer, mientras logran perfeccionar la contratitis que le interesa a  pomponio.

Entre tanto sigue fortaleciéndose el axioma, que la conducción de agua por gravedad es menos costosa que subirla y trasvasarla de una cuenca a otra, con la costosísima energía eléctrica de la EPM. 

Una idea iluminante   para defender el presupuesto familiar, gravado sin ley en este momento por la devaluación y la inflación, que son otro impuesto al pueblo, que crece desmedidamente desajustando el presupuesto nacional y el departamental y el municipal, cuando lo viable es la conducción por gravedad, desde la primera fase del embalse de Cínera.

¿Puede ser razonable, que para mantener las apariencias de una minoría, la que se nutre de la corrupción pública y no se resigna a la pobreza de su origen, se sacrifique a toda una comunidad a través del aumento de tarifas de los servicios públicos domiciliarios? 

Yo seguiré solo en la lucha por las bondades de la primera fase del embalse multipropósito de Cínera. Más tarde otros seguirán con el embalse de Pamplonita en Peña Blanca, otros con el embalse del “Peralonso” en la antigua generadora de “Los Compadres”, porque el futuro del desarrollo humano es el agua. 

Otros norteños más decididos y antes de que les ganen los Araucanos, o los “boyacos”, pensarán en la Hidroeléctrica del Río Cobugon. Pero el futuro es con agua señores minimalistas. 

Sigo solo, porque, es  probable que gasten una tercera parte del presupuesto del proyecto, mas no todo. 

Ya han consumido con la ayuda de HMV- Ingenieros Ltda., una firma paisa, muy consentida de la pasada y muy cuestionada gerencia de Ecopetrol, la suma de treinta mil millones de pesos aproximadamente, de los 188 mil millones de indemnización impropia y lo que queda, debe ir a la primera fase del embalse Cìnera y comenzamos a ser “maximalistas”.

Todo es cuestión de Visión. No hay plan grande a largo plazo, no sabemos para donde vamos, porque no se vislumbra el Gerente Público que “menestamos”. Tal parece que ni Juan Carlos, ni William están enterados de lo anterior, o por el contrario,  su silencio se da porque saben mucho y deberían explicarlo. ¿De los puntos álgidos de la agenda del día regional no hablan?  Se les platean los temas y sacan la nalga. ¿Por qué? ¿Qué esconden? Los indecisos, tan lejos de William como cerca a Juan Carlos esperamos  respuestas. La soberbia, el trago y los “coberos” son malos consejeros.

Todos hablan del cambio. Pero el  cambio, no es una simple frase ordinariona, grosera y agresiva. No, todo lo contrario. El cambio es cultural y sofisticado porque implica plan, gran Visión, mucho pragmatismo, pedagogía, humanismo y decisión. No olviden, que en políticas públicas, decimos en la cátedra: hay tres momentos: predicción, decisión y acción. Pero lo que marca  la  diferencia  entre el discurso y la política pública, es la acción. Y ella ha sido  la carencia de nuestros gerentes pasados. Ya hablaremos del cambio que no concretan ni William ni Juan Carlos.

Adenda: Entre tanto, nuestra política de relaciones internacionales es un mundo del absurdo. Colombia, el Tíbet latinoamericano, está  más desconectado que Cuba, que se acaba de conectar. Pensar que Nohemí, para elegir en la OEA a Gaviria, una motivación cursi, subida en un avión itinerante por el Caribe, casi logra la unanimidad. En la Cancillería, algo va de  la lagartería al Derecho Internacional Humanitario. ¿O no?