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Distrito de riego del bajo Pamplonita

Habrá que comentar que a diferencia de las tierras irrigadas con el agua del Zulia.

Pocas ciudades en Colombia pueden darse el lujo de tener, prácticamente en su solar, una “despensa” de 45.000 hectáreas que no solo podrían cubrir las necesidades metropolitanas, sino producir alimentos para Colombia y nuestros golpeados vecinos. De esas dimensiones es el área de influencia del distrito de riego del rio Zulia que incluye al del Pamplonita y sobre el cual quiero hoy referirme.

Habrá que comentar que a diferencia de las tierras irrigadas con el agua del Zulia, las vegas del Pamplonita han venido siendo adecuadas, asistidas y cultivadas con infraestructura proveída por los propios agricultores, con muy poca intervención del sector público y en consecuencia su administración depende básicamente de los esfuerzos encomiables pero dispersos del sector productivo, lo que se traduce en la sentida ausencia de una estructura organizacional envolvente tal y como la tienen los agricultores  del río Zulia.

Ambos valles; Zulia y Pamplonita históricamente huérfanos en trabajos de planificación y ordenamiento productivo de la propiedad están siendo en los últimos años objeto de diversos estudios – tres en particular - que como lo hemos demandado, deben ser el instrumento ideal e insoslayable para que las diferentes instituciones del estado apliquen concertadamente política pública sectorial.

El IGAC acaba de entregar a la comunidad interesada los resultados de un muy profundo y profesional estudio de suelos de los dos valles y desde hace tres años  por solicitud de Asozulia, Corpoica adelanta paralelamente y sobre el mismo territorio otro con énfasis en las cadenas productivas denominado: “Estudio de alternativas para el desarrollo agropecuario del distrito de riego del río Zulia y su área de influencia”. De este último hemos conocido avances previéndose su entrega definitiva y socialización hacia mediados  del presente año. Ambos advierten sobre los riesgos del monocultivo de arroz, el déficit hídrico y el deterioro de las características agroecológicas de la región. Sonoramente y casi que en coro ambos estudios reclaman diversificación, ahorro hídrico y buenas prácticas agrícolas.

El tercero, al que me quiero referir en particular, concluyó hace más de dos años y para asombro de muchos, sus resultados – a juzgar por el silencio –, se debieron clasificar como “secreto de estado”. Nadie los conoce y de nada han servido nuestras indagaciones.  El trabajo titulado “Estudio de factibilidad del distrito de riego del Bajo Pamplonita”  nos costó a los colombianos cerca de tres mil millones de pesos y fue  contratado por el Fondo Adaptación. Inclusive se tiene prevista una importantísima inversión que supera los ochenta mil millones de pesos en esas 7.000 hectáreas de tierra fértil que aunque hoy casi toda cultivada, no es menos cierto la vulnerabilidad a la que se exponen sus agricultores. Importante recordar que en su inmensa mayoría estas tierras son irrigadas con agua del río Pamplonita que solo kilómetros arriba los metropolitanos lo volvemos una absoluta cloaca, con lo que la sostenibilidad ambiental y sanitaria están en entre dicho.

Nota: No quiero pensar que existan personas y/o instituciones interesadas en que estos costosos pero necesarios estudios NO se conozcan y lo que es más preocupante, que sus conclusiones No se implementen. Amanecerá y veremos.

 

Viernes, 3 de Febrero de 2017
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