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Documento histórico
Ya no hay jefes políticos de alcurnia en los que se pueda confiar ni ideas que defender.
Martes, 11 de Abril de 2017

Circula en la red un vídeo que en los años 40, del siglo XX, en plena época de violencia política, realmente atizaba el fuego, y hoy, con arreglos desafortunados en su letra, es expuesto en una tertulia etílico-musical donde el grupo de músicos en un momento dado interpretan la famosa canción “La loca Margarita”, donde se adula a los liberales y se agrede a los conservadores, con el complemento que en su interpretación se agregan palabras soeces y de grueso calibre contra los “godos”.

Esto último hizo desternillar de la risa a unos y enojar a otros. Si echáramos mano a la interpretación histórica, como dicen los abogados, tendríamos que ubicarnos en el tiempo en que la pieza musical fue compuesta y difundida, y hasta una persona medianamente informada se imagina lo que eso representó en su momento: leña al fuego, tanto en su forma original como con los arreglos desafortunados de ahora.

Un breve recuento histórico nos da una idea de lo cambiada que está la política en Colombia y debemos acoplarnos a los nuevos tiempos. Desde la aprobación del llamado plebiscito de 1957 la frontera ideológica entre los partidos empezó a desdibujarse, lo importante a partir de ese momento era la milimetría en la burocracia y la mayoría de los colombianos empezaron a olvidarse de las ideas y asegurar su puesto con el gobierno. Volvimos a la época de Bolívar y Santander, como dice el cartagenero Carlos Villalba Bustillo, cuando en realidad la pelea era por presupuesto y burocracia.

Al momento de expedirse la llamada Constitución de 1991 empezaron a despedirse de este mundo los últimos artífices de esa política frentenacionalista -Lleras Camargo en 1990, Lleras Restrepo en 1994, Misael Pastrana Borrero en 1997 y López Michelsen en 2007-. De esta manera fueron perdiendo fuerza los partidos tradicionales -Liberal y Conservador-, hoy reducidos a su mínima expresión, y aparecieron los “partiditos” y “movimienticos” que prácticamente tienen patas arriba el espectro político nacional.
 
Ya no hay jefes políticos de alcurnia en los que se pueda confiar ni ideas que defender. En las campañas políticas se propone una cosa y en el ejercicio del poder se hacen otras, como sucedió con el actual presidente, sin que nadie reaccione de veras.
 
De manera que hoy, en términos generales, se es liberal o conservador, pero no siempre  como seguidor de un partido político, sino por formación o estructura mental, y hoy muchas personas, inclusive conservadoras, han hecho en forma apacible el tránsito entre la política de la época de “La loca Margarita” y lo que vivimos actualmente. Y la canción de “La loca Margarita”, con o sin los arreglos de marras, no es más que un documento histórico, porque hoy la contienda electoral es entre otros actores políticos: derecha e izquierda.

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