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El cuenta huesos

Donamaris cree que Estados Unidos es Tu Kanal y habla  y dice tonterías con una impunidad absoluta.

El alcalde Donamaris ratificó ante la Corte Penal Internacional (CPI) con sede en La Haya una denuncia contra Nicolás Maduro por violaciones al derecho internacional humanitario en el caso de los deportados colombianos.

Antes había estado en Washington, hoy estará en Alemania. Es probable que mañana esté en África, porque parece que nadie le advirtió al alcalde que un trámite sencillo en el ministerio de Interior hubiera podido tener resultados inmediatos.

Las denuncias ante la CPI pueden demorar 10 años: para cuando esto tenga algún efecto es probable  que Venezuela ya no exista, lo cual significa que el viaje del alcalde es un tour de fin de año.

Es un viaje innecesario. Para que el mundo se entere de lo que sucede  en la frontera basta un artículo en internet acompañado de un buen repertorio fotográfico y testimonial.

Pero el alcalde no quiere eso a pesar de que cuenta con un periódico, Cúcuta 7 días, que maneja su hermano Donny, y que se sostiene con dineros de la Divina Providencia. Lo que quiere el alcalde es mojar prensa internacional: que lo entrevisten en CNN, en el Miami Herald, en el Q’ubo de Holanda, en fin.

Y por andar metido de cabeza en esas frivolidades comete errores que revelan su profunda ignorancia de la jurisdicción y el derecho internacional.

Donamaris cree que Estados Unidos es Tu Kanal y habla  y dice tonterías con una impunidad absoluta.

Dice “genocidio” cuando debió decir: “violación a los derechos humanos”. Y así todo: sólo le faltó que pidiera medidas cautelares en la Comisión Interamericana para que el Cúcuta Deportivo no descienda a la B.

Lo paradójico de todo esto es que Donamaris denuncia internacionalmente los delitos que él mismo comete en casa. Dice, por ejemplo, que los refugiados “fueron expulsados, torturados sicológicamente”, que “les rompieron sus ranchos”. Y eso es cierto.

Pero también es cierto que durante su administración, y según un informe de la Personería Municipal del mes de septiembre, el alcalde autorizó el desalojo (entre 2012 y 215) de 210 familias enteras que buscaban en barrios de invasión una solución de vivienda.

Una vivienda de las 20 mil que Donamaris prometió en campaña y nunca cumplió.

Fueron 210 familias expulsadas a punta de bolillo y gas lacrimógeno. Familias que no encontraron un modo de vivienda, que armaron sus ranchitos en cualquier lugar, que fueron pisoteados, violados en sus derechos humanos, con niños y niñas llorando a la intemperie. Familias desplazadas al centro de la ciudad a mendigar al pie de semáforos que no sirven, de calles rotas, de almacenes cerrados, de tabernas en quiebra. Porque Cúcuta es la única ciudad de Colombia que registra un aumento en la pobreza (el último año aumentó 1,8 puntos porcentuales); con el índice más alto de desempleo y con el peor alcalde del país. El viaje del alcalde no tiene nada que ver con los deportados: está en campaña política y ya verán cómo usa todo eso para mendigar un cargo a nivel nacional. Cuando regrese (porque tiene que regresar a continuar la fiesta) nos va a echar un cuento malísimo, y, como el cuenta huesos de la televisión, todo el mundo le va a tirar tomates.

Viernes, 9 de Octubre de 2015
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