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El oso del papa

Cuando nos despertemos de este sueño ideal de la paz estable y duradera.

Francamente no es posible que sigamos asistiendo a reuniones inútiles, ni importa quién sea el que las convoca, y como diría la frase: “así sea el mismo papa”. Sentar a Santos y a Uribe a ponerse de acuerdo en lo que nunca lo van a estar es poco menos que un “oso”, pero si además esta reunión se hace en Roma, auspiciada por el mismo Francisco, resulta un “oso polar”, para salir con las mismas frases destempladas de siempre por parte de Santos donde insiste que el primer Acuerdo, y el maquilado segundo Acuerdo son inmodificables, así diga que él y  su gobierno siguen abiertos al dialogo con la oposición. ¿A qué diálogo nos preguntamos todos, si ya tiene lo que quiere debido al arrodillamiento vulgar de la Corte Constitucional?

Del otro lado, el expresidente Uribe aprovecha para “cantarle la tabla “ a Santos delante del papa y le dice que tampoco abusen, que cedan un poco en la implementación de los acuerdos, que debido a la aprobación maliciosa del llamado “fast track”, nuestra republiqueta queda poco más o menos que comparable a una dictadura disfrazada con anuencia de uno de los poderes del Estado subyugado al poder del Ejecutivo, con un Legislativo de testigo haciendo el papel del Idiota útil gracias a la profusa mermelada repartida a manos llenas como si fuéramos el país más rico del mundo, y no el país que realmente somos, agobiados por un decrecimiento peligroso de su economía y un déficit fiscal desbocado aupado por este Gobierno derrochador e irresponsable.

Cuando nos despertemos de este sueño ideal de la paz estable y duradera, lo haremos a una pesadilla de la vida real donde los ciudadanos del común tendremos que pagar con más impuestos una parte solamente de ese déficit que crece día a día de manera obscena. Mientras tanto, la falta de acción de este Gobierno y los secuaces de los políticos amigos, han hecho crecer la corrupción en un 600% como lo indicó recientemente el periodista Juan Gossain, con la pérdida de cerca de 26 billones de pesos en el último año en manos de los políticos comprados y sus contratistas mafiosos, cifra que está cercana a la cantidad que se pretende conseguir con la nueva Reforma Tributaria.

En el entretanto, en este país de Ripley, el crimen, el abuso de autoridad, la violación de los derechos de las mujeres y de los niños, todas las formas de delincuencia atroz e infame se manifiestan sin ningún pudor, atacando a los más vulnerables, debido a la dispersión moral y ética que envía el mensaje equivocado del Acuerdo de Paz, que los peores crímenes contra la humanidad perpetrados por las Farc, serán perdonados sin más, en aras dizque de la reconciliación. Con este mensaje perverso, los delincuentes se sienten empoderados porque lo bueno y lo malo y sus profundas diferencias pretenden ser borradas por decreto.

Y ahí vamos los colombianos indolentes montados sobre el carro de los condenados, que nos conduce a todos al patíbulo, embrutecidos por los medios y la propaganda oficial como en las peores épocas del Fascismo y el nacismo. Pero esto es peor, porque todo parece legal y moralmente ético, con el espaldarazo final de una Iglesia católica impregnada del mismo mensaje como en la Inquisición.

Con la idea de que la Paz es un derecho constitucional fundamental y prioritario, se ha violado la Constitución, se ha diluido la independencia de los poderes públicos, pero nos preguntamos los que quedamos por fuera del redil de borregos en que se ha convertido Colombia: ¿qué pasa con los otros derechos inalienables, como es el caso del derecho a la salud? Pues resulta que la salud de los ciudadanos se encuentra vulnerada en todos los niveles, las EPS están llevando a la quiebra a las clínicas ahorcándolas por faltar al pago oportuno de sus obligaciones, en esa cadena tienen ad portas de la indignidad a familias enteras que dependen de los ingresos de sus progenitores médicos, enfermeras, auxiliares, técnicos, instrumentadoras y un sinnúmero de personas que a diario trabajamos denodadamente por nuestros pacientes, con las uñas y mendigando servicios que por meses atrás se han prestado y no han sido resarcidos. Entonces, resulta que la salud es un derecho de segunda porque no merece ningún doliente por parte de este Estado corrupto embelesado en el cuentico de la Paz. ¿Dónde están los políticos regionales y locales a los cuales se les repartieron  los recursos de la salud de sus conciudadanos, no para robárselos entre sus cómplices, sino para garantizar que lleguen a esos ciudadanos que los eligen? No aparecen por ningún lado, aparecerán en época preelectoral para reclamar su elección y seguir robando a manos llenas.

Solo espero que cuando esta clase política perversa, que va a completar ocho años de vagabundería y alcahuetería se presente a reclamar por su obra, sea castigada ejemplarmente en las urnas de nuestra moribunda y vapuleada democracia. Estoy pensando con el deseo y la esperanza, por supuesto, que es lo último que se pierde.

Viernes, 23 de Diciembre de 2016
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