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El pro de la humanización médica
Y es que es tan fácil y simple ser un médico humano de verdad…
Jueves, 26 de Noviembre de 2015

Es cierto, los médicos son personas que sienten, se cansan, sufren, tienen problemas, cometen errores etc., también es cierto que como todos, son importantes y útiles, en quienes la gente deposita lo más preciado que tienen: la vida, su salud, por ello es que es necesario y urgente que reflexionen, que convoquen aquella máxima universal que reza “no hagas a nadie lo que no quieres que te hagan a ti…o a los tuyos”. 

Así de simple es el llamado para que todos los médicos, enfermeras, y en general toda las personas  que laboran en instituciones prestadoras de servicios de salud, se decidan a cambiar su actitud hacia la atención que brindan a todos sus pacientes y familiares, especialmente a la gente menos favorecida y más vulnerable como los ancianos, discapacitados, mujeres parturientas, gente desplazada, niños desamparados e indigentes en entidades como IPS, hospitales, puestos de salud, clínicas, urgencias etc.  

No tiene presentación ni justificación el mal trato que se les da y las trabas que se les pone para poder atenderlos en urgencias o intervenciones quirúrgicas, así nuestro sistema de salud esté corrompido.  Dentro de lo que se observa en esta panorámica, es más triste ver como hay muchos médicos,  y enfermeras  (generales y especialistas) jovencitos, metidos torpemente en este cuento de maltratar a los pacientes, de no escucharlos, e incluso ignorarlos. No muchachos por Dios a qué están jugando? Se les olvida acaso en qué país vivimos? Pues sepan y entiendan que en Colombia  y específicamente en Norte de Santander la gente está  cansada del desdén con que se les trata,  de ser lastimada, de las injusticias y de los atropellos a sus derechos, y ha optado por protestar por todo como único camino para ser escuchados, e incluso cuando eso no ocurre se manifiestan violentamente contra lo que sea y el que sea.

Ya no se la están dejando montar tan fácilmente; así que despierten, el maltrato no paga, lo que paga es que tomen consciencia de que con esa corona MD, no pueden seguir sintiéndose medio dioses, y se inyecten periódicamente una buena dosis de amor que le llegue hasta los tuétanos, para tratar de manera humana a todos sus pacientes cada día que salga a curar y salvar vidas. Solo así sin auto-engaños, usted se estará garantizando un buen trato por parte de los pacientes o familiares y una mayor seguridad.  Ensaye para que pueda entender que la sonrisa es mágica, que darle las gracias a la gente es sabio y nadie lo ve mal, que escucharlos y colocárseles a sus órdenes eso encanta a cualquiera. La pequeña ecuación es: “no juguemos con el dolor del otro; usted no quiere que mañana jueguen con el suyo”.  Eso es empatía de verdad, y tenga siempre presente: Usted vale mucho más de lo que usted creía. 

Y es que es tan fácil y simple ser un médico humano de verdad…y para ejemplificar esta reflexión, me permito mencionar a dos médicos veteranos, especialistas, criollitos, nuestros, Rosendo Cáceres Durán y Germán López Sánchez quienes por más de 5 décadas han sido y siguen siendo, sin proponérselo, la admiración de todo el gremio,  el emblema médico de miles de familias, con unas hojas de vida intachables, a quienes nunca se les subió el título a la lengua. Y como ellos hay otros más  que hasta curan con su mirada, con su sonrisa, con su mano amiga que los toca, los abraza y les habla, incluso regañan con amor…y convénzase que todo esto también es curativo y produce más satisfacciones personales que el dinero. 

Cuidado, no sea que Hipócrates le hale los pies al darse cuenta que usted falta a la ética médica, y al compromiso de actuar siempre en beneficio del ser humano, y no perjudicarlo. O el doctor Luis Lasagna quien en 1964 redactó para los países anglosajones su versión del juramento hipocrático, y en algunos de sus  apartes  afirma que “la calidez humana, la compasión y la comprensión pueden ser más valiosas que el bisturí del cirujano o el medicamento del químico. Por encima de todo no debo jugar a ser Dios. Yo trato a un ser humano enfermo cuya enfermedad puede afectar a su familia y a su estabilidad económica “. A ponerlo en práctica siempre amigos médicos. 

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