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Columnistas
El robo de tierras
Así se fueron acabando una serie de ecosistemas que a su vez eran fuentes de agua.
Jueves, 17 de Marzo de 2016

Después del robo de tierras en la conquista y la colonia, vino la apropiación indebida de las áreas de terreno que dejaban las lagunas cuando el verano asomaba.

Los oportunistas unos, y torpes otros, fueron apropiándose de esos espacios para prolongar sus cultivos y para propiciar toda clase de construcciones.

Así se fueron acabando una serie de ecosistemas que a su vez eran fuentes de agua.

Ejemplos existen muchos a la vista de cualquier observador; unas desaparecidas definitivamente y otras reducidas a su mínima expresión, en donde en las épocas de lluvia es fácil observar el fenómeno de las inundaciones y muchas de  esas lagunas parecen resurgir con furia para recuperar el terreno que les ha sido usurpado de manera inclemente.

Y con ello se ha ido acabando no solo el agua, sino también la vegetación, las especies animales que allí habitaban y se ha distorsionado el clima hasta llegar a las extremas temperaturas que se observan hoy en día hasta en los lugares más fríos, que de la noche a la mañana se volvieron calientes.

Hoy estamos desesperados ante estos padecimientos que arrojan lamentables consecuencias, como la falta de energía, la disminución de los cultivos, la escasez de leche y carne, y no podían faltar los incendios forestales que acaban con la vegetación de miles de hectáreas en el territorio nacional.

Pero si no hemos sido capaces de delimitar los páramos, mucho menos las lagunas, en donde ha debido existir desde hace mucho tiempo una reglamentación que hubiera velado por su preservación y hubiera procurado su expansión para beneficio de todos los habitantes de sus radios de acción.

Este país, otrora lleno de lagunas y humedales, hoy se lamenta de haberlos destruido. Quedan muy pocos; ¿por qué no delimitarlos de una vez y diseñarles un plan de mejoramiento y de protección, para que se conviertan en auténticas reservas de agua?.

Toda comunidad en donde un ecosistema de estos exista, debería apersonarse del tema de manera fundamental y crear las condiciones para garantizar la subsistencia de los mismos, para que se puedan recuperar las áreas sustraídas, devolviendo los bosques, descontaminando sus contorno y entorno y para que se puedan también ampliar las posibilidades de sus beneficios para toda la comunidad de influencia.

El agua es un recurso de vida que no se puede seguir maltratando criminalmente como hasta ahora se ha hecho.

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