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El mundo debe asimilar que es necesario conservar unas mínimas condiciones de tradición.
Domingo, 30 de Octubre de 2016

No es justo que el hombre pierda su pasado, quizá lo más valioso que posee: así, por el sólo hecho de avanzar hacia una innovación incierta. Me parece que es como escapar del presente hacia el futuro, sin tránsito intermedio, sin saber de qué huye, en una desaforada obsesión por creerse contemporáneo.

El mundo debe asimilar que es necesario conservar unas mínimas condiciones de tradición, un arraigo a la esencia de aquel pretérito sabio que ha sido siempre el germen del universo, para superar las expectativas absurdas del modernismo que está quebrando los cristales de la identidad del ser humano.

O, quizá, evadir una responsabilidad de humanismo, innata, fundamentada en el derecho a un proceso de civilización que traía su propio ritmo y, de pronto (siglo XX), sin una adecuada y programada preparación, desbordó los fundamentos de la placidez de vivir en medio de condiciones lógicas normales.

El juego del consumismo ha ido ganando la partida, con un desprecio acentuado por las cosas nobles y quiere impedir, de suyo, que el destino apunte en sus notas el momento supremo en que cada ser humano se abrace al universo y alce sus manos al infinito, como saludando el porvenir.

Pero el tiempo es bondadoso y se presta para cultivar ideales, o rescatarlos, si es preciso, asoma su faz bondadosa, para enseñar, o recordar, la solución al gran problema de la existencia: negarse a gozar uno de su propio pensamiento (autenticidad) e intentar imitar la vida de los demás, cediendo su criterio al montón.

De manera que ese afán de consumir el tiempo aceleradamente para buscar nuevas cosas, debe sustituirse por el anhelo de ser más que materialidad, con ideales, con filosofía, incluso con ingenuidad, para evitar que sea más grande la frustración. Debe mediar, siquiera, un gesto de bondad, en la amistad, en el trabajo, en las relaciones humanas, asumiendo las fases primarias de la vida, los valores, las personas, todo lo  que es el reflejo de la sabiduría.

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