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Estilos de operativos
Los estilos para hacer operativos deben tener una razón lógica que se desprende de los altísimos índices de delincuencia.
Sábado, 19 de Septiembre de 2015

Hace unos días mientras hacía ejercicio sobre la Avenida Los Libertadores, pude observar la actitud del personal adscrito a la Policía Nacional en uno de esos operativos a la altura del puente Francisco de Paula Andrade Troconis, llamado también Puente de la Cero.

Los uniformados hicieron detener la marcha a un vehículo de matrícula venezolana y en su interior viajaban una señora en el puesto delantero y dos menores cuya edad no alcanzaban los diez años. Hicieron bajar al conductor, lo requisaron minuciosamente, le exigieron documentos y revisaron el interior del automotor. La molestia del conductor fue evidente al ser objeto de una “raqueteada” en presencia de su familia como si se tratase de un peligroso delincuente.

El viernes pasado, se instaló un retén desde muy tempranas horas entre Pinar del Río y el Comando de Policía compuesto por un oficial y demás personal adscrito a nuestra querida institución armada. El reloj marcaba las siete y cuarenta minutos de la mañana cuando se pronto hacen detener a un vehículo de baja gama con de matrícula colombiana.

El uniformado solicita al conductor bajarse de automóvil para una requisa minuciosa o “raqueteada” y luego solicita los documentos del vehículo. En el mismo sitio y hora pasaban libremente vehículos de alta gama en cuyo interior se podían observar conductor y pasajero de singular corte de cabello y otros detallitos por los cuales se reconocen algunos ciudadanos, pero eso no fue del interés del grupo de policías.

El ciudadano fue requisado y luego enseñó sus documentos encontrándose en perfecto orden pero de inmediato manifiesta al uniformado su desacuerdo por el procedimiento y le recomienda que previo a la requisa se debe evaluar si se trata de una autoridad administrativa o judicial, docentes, funcionarios públicos, padres de familia que llevan sus hijos al colegio y si algo no se ajusta a lo legal pues debe realizar la requisa rigurosamente.

La cruda respuesta del policía fue: “primero está mi seguridad”

Al respecto debo comentarle a los responsables de esos operativos que si creen que los delincuentes se disfrazan para fechorías, también se pueden disfrazar de policías y si creen que toda la ciudadanía cree en sus procedimientos y aplaude sus estrategias, también se equivocan, y si creen que la seguridad de ellos es primero pues también se equivocan porque a la final ese es su trabajo y si quieren hacer operativos: ¿por qué no los hacen en ese sitio pero pasadas las once de la noche cuando aparecen las carreras de motocicletas y ahí no aparece un uniformado ni para un remedio?

Los estilos para hacer operativos deben tener una razón lógica que se desprende de los altísimos índices de delincuencia que en su mayoría no son ejecutados en automóviles, menos en vehículos baja gama y mucho menos con matrícula colombiana porque sería la acción más torpe de un delincuente y por eso, lo escrito lo sostengo y relato con una precisión milimétrica porque el conductor que fue blanco de ese incómodo episodio fui yo.

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