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Columnistas
La inseguridad desbordada
Da la impresión que en nuestra ciudad las cosas funcionan a la inversa.
Viernes, 10 de Marzo de 2017

En cada emisión de las noticias nacionales, por cualquier canal, emisora o periódico, gran parte de sus reportajes tratan de robos y atracos, aunque mayormente se centran es en Bogotá, demás ciudades principales de Colombia y la costa; tiene que ser algo muy grave el hecho de inseguridad, como el robo a un banco o que la víctima haya muerto, por ejemplo, para que informen al país de un acontecimiento ocurrido aquí en la ciudad. 

Pero si por allá llueve por acá no escampa. Me atrevo a decir que la ciudad más insegura de Colombia es Cúcuta. No existe el cucuteño que no haya sido víctima, o que un familiar o amigo suyo no lo haya sido. Ya ni en los bancos se siente uno seguro (seguridad que antes sentía yo), pues, en el desarrollo de la modalidad del taquillazo, ahora también asaltan a los clientes. Particularmente, por mi barrio (San Miguel), casi que semanalmente se presenta como mínimo un robo. 

Da la impresión que en nuestra ciudad las cosas funcionan a la inversa: entre más retenes y controles realizan las autoridades competentes, en vez de disminuir los actos de criminalidad, aumentan. Por ejemplo, en los últimos días se han visto controles por doquier y, sin embargo, así y todo se han presentado robos hasta en el centro de la ciudad, en barrios estratos medio alto, en los que los asaltantes huyen relajados y despacio, y asesinatos masivos, los cuatro en el barrio Aeropuerto. La inseguridad en nuestras calles está tan desbordada que hace días un cucuteño desesperado en el vidrio del carro a los ladrones les dejó un mensaje: que le avisen cuando lo quieran volver a robar para él dejarles la puerta abierta y así no necesiten romperle los vidrios del carro por enésima vez.  

Lo anterior se da porque los ladrones y asesinos son tan astutos y se anticipan a los movimientos de la Policía, y a su vez los movimientos de las autoridades son tan previsibles, el hampa sabe dónde, que días y a qué horas hacen los retenes. Se sienten tan seguros a la hora de hacer sus torcidos que ni le paran bolas a la posibilidad de encontrarse con la policía. 

¿Y qué hacen al respecto nuestras excelentísimas autoridades? La Policía Nacional, más exactamente los patrulleros, dormir en los CAIS, montados en la moto, pero parqueados, hablando por Whatsapp, Facebook o cualquier otra red social. Las de transito, siguen levantando a diestra y siniestra las motos mal parqueadas, a los carros no, es más rentable con las motos, pueden montar varias en la grúa mientras que carros solo uno. Por mi cuadra pueden pasar días y días sin que se vea un funcionario de la fuerza pública. 

Señores autoridades, para disminuir la delincuencia y por ende el delito, se necesita mayor acción de ustedes, pero eficaz, que demuestren que la inteligencia de ustedes supera la inteligencia de los malhechores, que los patrulleros hagan honor a su título, y se dediquen a patrullar nuestras calles y avenidas, que los de tránsito vayan a los barrios y a cuanto motorizado (excúseme la gente honesta que emplea la moto como medio de transporte por este pedido, pero las estadísticas criminales dicen que la inmensa mayoría de los delitos se cometen en este medio de transporte) no solo le pidan papeles de la moto, sino la cédula para que le verifiquen su pasado judicial.  Claro, también se necesita el apoyo de la ciudadanía, mediante la denuncia, y de los jueces, no dejando en libertad a esos sinvergüenzas. 

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