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Columnistas
La protesta
Sábado, 10 de Junio de 2017

El viernes de la semana que pasó, marcharon los maestros, unos por la parte céntrica de la ciudad y otros se dirigieron hacia el municipio de Pamplona en diferentes tipos de vehículos, visibles puesto que la gran mayoría hizo suficiente ruido como para no pasar inadvertidos. 

Nunca había visto una manifestación más nutrida, organizada y respetuosa. Los participantes de todas las edades, gritaban las arengas previamente elaboradas por sus líderes, y los letreros que portaban diseñados en diversos materiales, plasmaban sus justos reclamos.

La profesión escogida por estas personas, además de ser una de las más ingratas, es mal remunerada y muchos de ellos son objeto de traslados inesperados a sitios donde la problemática social es inaguantable, y todo porque reclaman sus derechos o no ceden a pretensiones partidistas.

Con respecto al desarrollo de la marcha, tanto autoridades, ciudadanía y medios de comunicación, conocían sus intenciones en materia del derecho a la libre expresión, motivo por el cual no entendí la posición del concejal Oliverio Castellanos quien se pronunció en contra del ejercicio democrático, aduciendo pérdidas en el comercio, el transporte público, etc., definitivamente, desenfocado.  

He criticado en varias oportunidades al señor Castellanos porque un día defiende a los indisciplinados motociclistas y otro día exige que la autoridad cumpla sus funciones y respecto a la marcha del viernes me pregunto: ¿Es que acaso el respetado concejal quería que miles de personas marcharan en fila india y en silencio? ¿Pueden los funcionarios de gobierno y movilidad proponerles a los organizadores que la marcha se hubiese realizado por los anillos viales? ¿Será que el personaje objeto de mi crítica, considera que la marcha se debió desarrollar entre las 2 y 3 de la mañana un domingo?

También escuché la solidaridad del concejal Víctor Suárez, que aunque le puso el tinte social, se le notaba desde lejos una inteligente cacería de adeptos y eso es de reconocerle, porque se le nota que ha tenido un maestro y cada representante del poder legislativo municipal, departamental y nacional nunca le ha faltado un mentor, entonces: ¿cuál es la molestia contra una agremiación que solo recibe paños de agua tibia, mientras observa soluciones inmediatas en otros problemas?

Respetado concejal Castellanos: Si usted no puede ayudar a solucionar el problema, haría flaco favor en criticar la protesta. 

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