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¡Las habas que se tragó el burro! (I)

Hay que hacer por  fin, una verdadera y gran reforma tributaria. 

Se viene la reforma tributaria que pagaremos todos los colombianos de a pie, si no se modifican los privilegios de los grandes contribuyentes. Pagaremos  las habas que se tragó el burro. Y las que se seguirá tragando.

El pueblo siempre ha pagado la factura o las habas que se tragó el burro: La guerra, la negligencia, el prevaricato, el robo, el pillaje, la audacia, los privilegios de la banca y las instituciones financieras, las utilidades  de los especuladores, la rapiña de los “Traders” que los hay nacionales, sobre todo departamentales y municipales, los extravagantes salarios de los congresistas y de los magistrados, el crédito externo para salvar la banca y ahora el proceso de paz y el posconflicto. ¡Todas las habas que se comió el burro! Sí, porque la violencia que vamos a apagar, no la produjo el pueblo, sino que se la impusieron para defenderlo del régimen: Válganos Dios,  a nombre de la revolución y la contrarrevolución”.

Hay que hacer por  fin, una verdadera y gran reforma tributaria. Entre otras cosas, porque como a los caballistas neófitos de ahora, que sacan los “aperos” sin ir al potrero a traer el caballo. Se Fueron por la Paz sin adivinar los costes económicos y como no hubo condiciones, se violó hasta la confidencialidad que fue lo poco que se condicionó. Alguien explicó las indiscreciónes diciendo que las conversaciones son confidenciales solo hasta el mediodía, cando salen las Farc a sus ruedas de prensa, para hablar “urbi et orbi” sobre los que se le venga a la cabeza. 

Así las cosas se supo y se sabe, como afirmó Juan camilo Restrepo, que si se firmara la paz hoy, por incuria y desatención presupuestal, “no hay un céntimo, para arrancar el posconflicto rural”, que se agravó en 1990 cuando Gaviria con su apertura económica, bien llamada” catalepsia asistida”, metió al sector agrícola a cuidados intensivos. 

Es hora agrega el exministro de Agricultura, que Colombia amplíe su frontera agrícola sin tumbar un árbol, “solo usando la tierra dedicada a la ganadería extensiva”. Como ven, con la reforma tributaria pagaremos las habas que se comió el burro, cuando el régimen generó la guerra que por desigualdad  y exclusión,  justificó el paramilitarismo de izquierda, tan repugnante como el de derecha.  

Pagaremos las habas que se tragó el burro, porque el régimen agregó y multiplicó la corrupción politizando las agencias del Estado hasta marchitarlas. Marchitó el Incoder, por ejemplo, cuando iniciaba la recuperación de 1700 baldíos para conformar el banco de tierras que se propuso en La Habana. Pagaremos las consecuencias del marchitamiento de las Instituciones gremiales del sector, que la politiquería y la corrupción infecta,  incluidas las que resisten como: Fedecafé, Fedgan, Fedearroz y sus carteles y  Fedecacao.

La idea es que el burro, el régimen, no se coma las habas.

A esperar la tan anunciada reforma tributaria, para que el presidente Vargas Lleras o Sergio Fajardo Valderrama u Ordóñez Maldonado o Gaviria II encuentren financiado el posconflicto.

Miércoles, 8 de Junio de 2016
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