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Lo que el viento nos dejó

En una ciudad donde no hay librerías y nadie compra libros, la Fiesta del Libro de Cúcuta es una apuesta férrea y tenaz, contra el atraso cultural.

Cúcuta fue la capital cultural de Colombia en los años 60, 70 y 80. Los eventos culturales, las exposiciones más importantes, la presentación de libros, festivales de teatro, danza y concursos de pintura y escultura, tenían en esta ciudad la sede más dinámica.

Por aquí pasó el maestro León de Greiff y sus neologismos. Alejandro Obregón estuvo en la ciudad como jurado de un salón de arte. Gonzalo Arango, María Mercedes Carranza y David Bonells Rovira escandalizaban al respetable con sus melenas, sus varillos, sus procacidades. Era el espíritu de época o zeitgeist, como dicen los alemanes.

El antiguo Instituto de Cultura y Bellas Artes desempeñó un papel fundamental en el desarrollo y promoción de las actividades artísticas. Los concursos de cuento y poesía Jorge Gaitán Durán y Eduardo Cote Lamus, respectivamente, tenían prestigio nacional al punto de que ganarse esos premios era la consagración definitiva del escritor colombiano.

Desde entonces, las cosas no han sido fáciles. Desaparecido el Instituto de Cultura, extinguido el interés de algunos funcionarios por los elevados asuntos del arte y el precario apoyo institucional, sumado a la ignorancia enciclopédica de los secretarios de cultura (puestos allí por cuotas burocráticas), a los gestores culturales independientes les ha tocado trabajar con las uñas y partirse el alma para sacar adelante un proyecto cultural cualquiera.

La casa de cultura municipal, frente al Ventura, la van a demoler, como han demolido tantos edificios de reserva cultural sin que nadie diga nada. En Cúcuta no hay editoriales, ni librerías, ni editores, ni escuela de cine y menos de arte. Sobrevive, por su terquedad, la escuela de ballet de la maestra Margarita Acevedo.

Y en una casa inmensa del centro de la ciudad, la maestra Helena Merchán mastica sus recuerdos. Recuerdos que son atravesados por una carcajada de León de Greiff o un apunte Obregón, o un gesto aristocrático de Eduardo Cote.

Pero no todo está perdido. 

En una ciudad donde no hay librerías y nadie compra libros, la Fiesta del Libro de Cúcuta es una apuesta férrea y tenaz, contra el atraso cultural.

Este año la Fiesta del Libro va de 4 al 9 de septiembre y la inaugura Fernando Vallejo, el más odiado y querido de los escritores colombianos. También estarán Alberto Salcedo Ramos, JJ. Junieles, Gustavo Tatis, Carlos Sánchez Lozano y Roberto Burgos, entre otros.

El maestro Rafael Ricardo (ex acordeonero de Otto Serge) dará una conferencia sobre el vallenato. Vendrán poetas de la Guajira a leer poemas en wayúu y Harold Alvarado leerá en chino mandarín.

Son más de sesenta invitados que estarán en la Biblioteca Julio Pérez Ferrero, en el marco del Fiesta del libro. ¡Esto es lo que tenemos, señoras y señores! Lo que el viento nos dejó. 

Jueves, 17 de Agosto de 2017
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