La política es un medio adecuado para el manejo de los asuntos públicos. La Enciclopedia Hispánica trae esta definición: “La palabra política procede del griego politiké, que definía el arte de gobernar la polis o ciudad-estado. En su acepción más general, la política se refiere al fenómeno de poder, entendido este como la capacidad que un individuo o grupo organizado tienen de ejercer un control imperativo sobre la población de un territorio, en última instancia mediante la fuerza.
El concepto de política se define en tres sentidos básicos: como lucha por el poder, como conjunto de instituciones por medio de las cuales se ejerce el mismo y como reflexión teórica sobre su origen, estructura y razón de ser”.
Agrega: “La historia humana es fundamentalmente una historia de la política, es decir, de las luchas que han protagonizado individuos, grupos o naciones por conquistar, mantener o extender el poder político. Estas luchas por el poder pueden asumir un carácter violento o pacífico”.
El fin de la política debe ser, desde luego, concebir el Estado, acordar los planes de gobierno y propiciar las mejores condiciones para la vida de la sociedad.
Es mucha la responsabilidad que impone ese ejercicio y por lo tanto quienes lo asumen deben tener conocimientos, capacidad de comprensión y honradez con respecto a sus ideas.
En Colombia es cada vez mayor la distorsión con que se asume la política. Los partidos se convirtieron en nido de grupos dedicados a la promoción y defensa de intereses particulares con énfasis en el enriquecimiento ilícito de quienes acceden a la burocracia o al control electoral.
La corrupción es una empresa con poderosos tentáculos y capacidad de permear la justicia y anular los organismos de control.
Se ha llegado a tal degradación, que el proceso electoral se ha reducido a una mecánica de cálculos sobre los posibles resultados de las votaciones. Muchas de las propuestas de los candidatos son una muestra de improvisación y de ignorancia. Sus esfuerzos están orientados a conseguir los recursos de financiación de sus campañas, sin importarles el origen de estos. Por eso los temas fundamentales de la nación y los problemas regionales se tocan poco o se les trata con inocultable ignorancia. Por lo mismo también cualquier chisgarabís se convierte en jefe o se presenta con ínfulas de líder y de candidato.
En Norte Santander ese mal no es extraño. La política también está contaminada de malas mañas. Para las elecciones de octubre no son pocos los aspirantes a los cargos de elección popular de mala calidad, ajenos a lo que debe ser la política.
Puntada
Jossimar Calvo es un nortesantandereano con prestigio internacional. Sus triunfos en la Juegos Panamericanos de Toronto 2015 consolidaron su prestancia de gimnasta. Un deportista espléndido que infunde orgullo a los colombianos.
