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Los nuevos Pepes

Hablando con un amigo notario sobre la sorprendente actualidad colombiana, cuando la gente olvida deliberadamente o por ignorancia las lecciones de la historia, llegamos a la conclusión de que los últimos gobiernos han olvidado los hechos que forjaron nuestra nacionalidad y nos presentaron ante la faz del mundo como conglomerado de gentes sin educación. Juvenil ministro de Educación de cuyo nombre no quiero acordarme tuvo la genial idea de suspender la enseñanza de materias tan importantes como la urbanidad, el civismo y la historia. Sí, nada menos que la historia.  

Las consecuencias están a la vista. Centenares de desadaptados gozan colándose en el Transmilenio para no pagar el pasaje, arriesgando la vida y poniendo en peligro la supervivencia de ese sistema de transporte. Varios han perecido bajo las ruedas de los buses que transitan a altas velocidades y no pueden esquivar a los tramposos, que son consecuencia de la falta de civismo y de urbanidad. Pero eso no es lo peor. Quienes han tenido oportunidad de dictar una clase en cualquier universidad se han llevado la desagradable sorpresa de enterarse de que las nuevas generaciones no conocen el pasado y recitan como argumento el mismo: no habían nacido cuando llegó Colón o cuando fueron derrotados los españoles. ¿Qué tal? 

La conclusión fue la misma: el país necesita con urgencia estudiar la historia, como lo han hecho los alemanes para no olvidar el vergonzoso pasado del nazismo. Aquí, por el contrario, se ha olvidado la oscura página de la violencia partidista, lo que ha hecho posible que aparezcan personajes solo aptos para asustar niños desobedientes, como el procurador Ordoñez, fantasma del desaparecido laureanismo, responsable de la iniciación del enfrentamiento entre los partidos.

Solo la ignorancia nacional he hecho posible que resuciten quienes permanecieron callados muchos años y reaparecieron ahora en una manifestación contra la corrupción, presidida por los nuevos Pepes, Popeye y Pachito Santos, quienes se mostraron como arcángeles, dignos de tocar en los coros celestiales y personeros del nuevo partido de los buenos, encabezado por un senador cuyo único objetivo es retornar al poder para acabar con la política de paz, destruir el legado del presidente Juan Manuel Santos y llevarnos otra vez a la guerra. Obviamente, con la eficaz ayuda de las dos pes y de quienes desconocen la historia. GPT

Viernes, 12 de Mayo de 2017
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