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‘Me acabo de enterar’

Durante estos 7 años de gobierno el presidente Santos aparecía como un gran jugador de póker.

En el país la gente está más indignada con la respuesta del presidente que hasta por los mismos hechos que vuelven a presentarse en una campaña presidencial, porque además de lo que pasó, Santos nos cree pendejos. Un nuevo elefante en Colombia. Primero fue el de Samper en el año 94 y ahora el del Premio Nobel de la Paz. A propósito, la academia de Suecia que en el pasado mes de diciembre le otorgó a Santos esa distinción debe estar estupefacta, decepcionada, tratando como muy pocas veces de estudiar hasta donde sería posible reversar ese premio que respaldaba la paz en el país. Este elefante de Santos adquiere hoy en día dimensión internacional, casi una vergüenza mundial. Darío Arismendi refería en estos días la nota que publicó el New York Times sobre este episodio de un millón cuatrocientos mil dólares del cual Santos se acaba de enterar.

Cuál elefante fue peor, ¿el de Samper o el de Santos? Por estos días en Cúcuta le escuché a un amigo la mejor respuesta: sin duda que el de Santos, porque el de Samper fue producto de las actividades propias del narcotráfico que de entrada sabemos que nunca nada bueno traen. En cambio el de ahora es peor, porque es una clase política que nos engañó, que durante 6 años nos hizo creer de sus políticas de buen gobierno, que había que jugársela por la paz, de hacer todo lo posible para que la comunidad internacional nos reconociera entre los países en los que la democracia triunfa. El engaño no solo fue a los colombianos, Santos engañó al mundo incluida la academia de Suecia que le otorgó el premio nobel. La gente está indignada y eso lo va a cobrar en las elecciones del próximo año y por eso Vargas Lleras que hizo parte de este gobierno no la tiene fácil.

Durante estos 7 años de gobierno el presidente Santos aparecía como un gran jugador de póker, habilidad que la trasladaba al terreno político. De eso se hablaba y escribía mucho. Lo que no sabíamos era que bajo la mesa tenía una carta escondida con la que ganaba los juegos. No sabíamos que era tramposo para jugar al póker. Para qué seguimos haciendo campañas para derrotar la corrupción después de lo que está pasando?. Mejor ahorrémonos la platica. Se pueden imaginar lo que por estos días puede estar pensando cualquier concejal o alcalde de cualquiera de nuestros pueblos olvidados que allá en sus despachos, estarán diciendo y pensando, si esto lo hizo el presidente, premio nobel de paz, por qué no lo puedo hacer yo? Ni pendejo que fuera. No sigamos hablando de derrotar la corrupción, no engañemos más a la gente.

Este elefante de Santos nos llega en muy mal momento. Un país en el que en el congreso se tratan de implementar los acuerdos de paz, y por estos días, Uribe empieza a recoger firmas para la revocatoria de los mismos. Creo que a Uribe le van a sobrar firmas por cuenta del elefante. Supongo que el impacto económico que tendrá esta noticia va a hacer muy grande, porque los inversionistas internacionales ya no mirarán la posibilidad de invertir en Colombia.

La unión europea muy probablemente que estaba atenta del desarrollo del proceso de paz, seguramente se frenará. Mejor dicho señor presidente Santos, los colombianos nos acabamos de enterar que usted es un muy mal jugador de póker, que jugaba hasta con cartas escondidas y por eso hasta su elefante es peor que el de Samper.

Sábado, 18 de Marzo de 2017
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