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Nicolás Maduro, ¿cucuteño?
Lo que sí es innegable es que mucha sangre colombiana ha estado presente en diversos gobernantes de Venezuela.
Miércoles, 28 de Junio de 2017

La Academia de Historia de Norte de Santander llevará a cabo, esta tarde, una tertulia de carácter histórico, sobre el aporte de la sangre colombiana y en especial de la nortesantandereana, al gobierno de la vecina Venezuela.

Para nadie es un secreto que los recién nacidos, a lado y lado de la línea fronteriza, eran registrados en pueblos de lado y lado, para tener las dos nacionalidades y las dos cédulas, de manera que se pudiera viajar sin problemas en uno u otro territorio, y se pudiera residenciar en cualquiera de los dos países cuando la vaina se pusiera jodida en el otro.

Conozco cucuteños que nacieron el mismo día y a la misma hora en Rubio y en La Cabrera, o en Villa del Rosario y en Ureña, o en San Faustino y en el Vigía.

Y conocí cucuteños que, cuando era prohibido tener doble nacionalidad, escondían la cédula colombiana al pisar territorio venezolano o al revés, en Colombia, la cédula venezolana iba a parar al bolsillo secreto del bolso o de la billetera.

Así las cosas, llegó el momento en que no se sabía, a ciencia cierta, cuál era el lugar de nacimiento, y cuál era su verdadera nacionalidad.

Por eso no es raro suponer que hubo gobernantes de aquí y de allá nacidos en el otro territorio, lo cual, de ser comprobado, constituía un delito y una inhabilidad para ocupar el cargo. No hace mucho, un gobernador de Norte de Santander fue destituido cuando le comprobaron su doble cédula, una de Cúcuta y otra de Michelena. 

 Y en eso juegan un papel importante los enemigos políticos que se encargan de buscarle cualquier caída al gobernante. Otros, más hábiles, logran destruir las evidencias que lo muestran como un fenómeno humano, nacido a la vez en dos partes diferentes.

Del presidente venezolano Carlos Andrés Pérez se decía que era nacido en Chinácota, pero Carlos Andrés pudo demostrar que su nacimiento había ocurrido sólo una vez, en Rubio.

De Juan Vicente Gómez también dijeron que era nacido en Villa del Rosario, pero parece ser que, en realidad, era oriundo de La Mulera, entre San Antonio y San Cristóbal.

Y así de otros, de los cuales hablaremos en la Academia, esta tarde, en la tertulia a la cual estamos invitando.

Entre ellos, necesariamente habrá que hablar de Nicolás Maduro, (el innombrable, dicen algunos) de quien sus enemigos juran y rejuran, rodilla en tierra, que es nacido en Carora, barrio de Cúcuta, versión que, según cuentan, Maduro no ha podido desvirtuar, papeles en mano.

Lo que sí es innegable es que mucha sangre colombiana ha estado presente en diversos gobernantes de Venezuela. Hijos, nietos o sobrinos de colombianos han llegado al palacio de Miraflores en calidad de presidentes, lo cual es apenas lógico, sabiendo que cuando allá se ponía difícil la situa, aquí venían a parar los venezolanos, y cuando acá la canoa se ponía alta en época de vacas flacas, a Venezuela iban a templar los nuestros. 

En ese ir y venir es obvio que hubo mezcla de genes y de sangre, y algo bueno, hasta presidentes, debió salir de esa mezcolanza.

Esta tarde, a las cuatro, en el salón de la Academia, hablaremos de todos ellos. Los académicos que más saben del tema, entre ellos el miembro honorario de la Academia y ex cónsul de Venezuela en Cúcuta, Arturo Valero Martínez, llevarán la voz cantante en la tertulia, pero todo el mundo puede participar. Quedamos todos invitados, académicos y no académicos. Allá estaremos, como dijo Mogollón.

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