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Nuestra gente
Que fue un héroe, que fue cobarde; que salvó a Bolívar varias veces de la muerte, que conspiró contra él.
Jueves, 15 de Junio de 2017

Aquí, en Norte de Santander, hemos dado de todo: gente buena y gente mala. Intelectuales y vagos. Trabajadores y  políticos. Verracos y cobardes. De todo como en botica.  Cómo será que hasta presidentes de la república han nacido en estas breñas.

Precisamente, esta tarde, hoy jueves 15 de junio, a las 4 p.m., habrá una tertulia en la Academia de Historia para hablar de nuestros presidentes. No han sido muchos, pero que los hay, los hay. Todo el mundo puede asistir, y todo el que quiera hablar lo puede hacer, porque para eso es tertulia, donde no hay un orador central sino todo el que quiera meter la cucharada lo puede hacer.

Empezaremos, lógicamente, por el más grande de todos, el colombiano más ilustre de todos los tiempos, el villarosariense Francisco de Paula Santander, hombre de armas y de códigos, de buena pinta y de buen talante. Sobre Santander hay aspectos desconocidos o poco ventilados, que seguramente saldrán a flote hoy.

Del general hablan bien y hablan mal, según sean amigos o enemigos, porque aún no hemos podido despojarnos del sectarismo, y porque, de acuerdo con el poeta: “En este mundo traidor/nada es verdad ni mentira/ todo es según el color/ del cristal con que se mira”.

Que fue un héroe, que fue cobarde; que salvó a Bolívar varias veces de la muerte, que conspiró contra él; que era un masón y descreído, que era amigo de la iglesia, en fin. Seguramente hoy alguien hablará de todas esas facetas de nuestro paisano, el general Francisco de Paula Santander.

En la lista también está Guillermo Quintero Calderón, que nació en Gamarra cuando Gamarra era de Norte de Santander, pero estuvo muy vinculado a nuestro departamento. Quintero Calderón fue político y militar, y fue nombrado presidente de la república en reemplazo de Miguel Antonio Caro, quien había solicitado una licencia. Pero a Caro no le gustó el gabinete que nombró el presidente Quintero Calderón y a los cinco días retomó el poder. De manera que Guillermo no alcanzó ni a calentar la silla. Pero figura en la lista de expresidentes. Hoy sabremos, pues, cómo fue el rollo del general Quintero Calderón, cuyo nombre se recuerda con devoción y afecto en Convención, donde el colegio de varones lleva su nombre.

Tenemos también a Ramón González Valencia, de pura cepa nortesantandereana. Algún historiador nos hablará de este presidente, nacido en Chitagá y muerto en Pamplona. 

José Ramón Eufrasio de Jesús González Valencia gobernó durante un año, (1909 – 1910), pero fue en su administración cuando se creó el departamento Norte de Santander. Hizo también una reforma constitucional (con Constituyente y todo) de gran importancia para el país. Los chinacotenses lo quieren como propio, pues allá vivió en la hacienda Iscalá, de su propiedad.

Pero es otro municipio nortesantandereano el que con su nombre, Ragonvalia, le rinde homenaje a este general, presidente de Colombia.

Y llegamos así a Virgilio Barco, último político con el que los nortesantandereanos probamos la silla presidencial. Cucuteño, bachiller del Sagrado Corazón de Jesús, medio tartajo al hablar, pero de grandes ejecutorias en el manejo de los asuntos públicos. Algunos lo alaban y otros lo critican porque dicen que hizo muy poco por el departamento.

Cuentan que   algunos políticos de Norte de Santander lo visitaron, siendo presidente, para pedirle un ministerio para alguien de la región, y Barco, tal vez mamador de gallo como buen cucuteño, les respondió: ¿Para qué quieren ministro, si tienen presidente?

Oficialmente son cuatro los nortesantandereanos que han dirigido los destinos del país, pero hay estudiosos  que, revolcando las páginas de la historia patria, encuentran otro u otros paisanos que han pasado por el palacio presidencial en calidad de primer mandatario, aunque haya sido por algunas horas. Hoy lo sabremos.

De manera que estamos todos invitados para repasar un poco de nuestra historia. Con anécdotas sabrosas y hasta con algún picante. Y me han dicho que Karina y Amparo, las dos eficientes secretarias, darán pastelitos criollos, de garbanzo, para ponerle sabor a la jornada. No lo olviden: Hoy, cuatro de la tarde, en la sede de la Academia de Historia, palacio nacional.

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