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¿Para qué sirven los santos?
San Pablo, soldado romano perseguidor de cristianos y quien, convertido, resultó escribiéndole cartas a todo el mundo.
Miércoles, 21 de Junio de 2017

Ahora que se acerca la fiesta de san Pedro y san Pablo, y en algunos pueblos forman la guachafita con aguardiente, bambucos y reinados, recuerdo la pregunta que hace poco me hizo un amigo, alejado de la iglesia y, en consecuencia, cercano del infierno:  ¿Para qué sirven san Pedro y san Pablo?  ¿Por qué a uno le pintan una llave y al otro lo ponen con un libro?

Yo, que en materia de santos me considero más o menos bien informado, le hablé de Pedro, el pescador, a quien el mismo Jesús le dio las llaves del cielo. Es el patrono de los pescadores, de los cerrajeros y de los porteros, y fue el primer papa. ¿Por qué Jesús lo llevó del mar a gobernar a la Iglesia? Sus motivos tendría, de la misma manera que mucho después llevó a un argentino a esa misma posición, a jugar de delantero, como antes jugaba en el San Lorenzo de Almagro.

Le hablé de san Pablo, soldado romano perseguidor de cristianos y quien, convertido, resultó escribiéndole cartas a todo el mundo: a los gálatas, a los efesios, a los romanos, a los tesalonicenses, a los corintios, a un tal Filemón y un tal Timoteo y un tal Bernabé. Es el patrono de los carteros y de los que el otro día se alquilaban para escribir cartas. En el campo también lo invocan cuando aparece una culebra: ¡San Pablo bendito!, dicen los campesinos, y la culebra se desaparece.

El amigo no quedó muy convencido, pero yo seguí hablándole de otros santos, cuyas advocaciones recuerdo por las novenas que rezaba mi mamá. Era ella adoradora del Santísimo y todos los días debía ir a la iglesia media hora. Cargaba con un cartapacio de novenas, que yo, cuando regresaba a vacaciones, le ayudaba a rezar. En agradecimiento, ella me brindaba un pocicle.

Así aprendí que san Antonio es el que sirve para encontrar las cosas perdidas. Y es al que le rezan las solteronas para conseguir novio. Por eso dice la canción: “Tengo a san Antonio puesto de cabeza/ no me busque novio pues no me interesa”, lo que quiere decir que también hay mujeres que prefieren quedarse para vestir santos. 

A san Alejo se le reza cuando uno quiere alejar a un enemigo o a otra persona. San Marcos de León sirve para aplacar vecinos, a la suegra, y, en ocasiones, a la mujer.

El de los ojos es san Rafael arcángel porque en el antiguo Testamento fue él quien sanó a Tobías de la ceguera. El patrono de los campesinos es san Isidro Labrador, a quien se le ruega que quite el agua y ponga el sol, o al revés, que mande el agua y quite el sol. Sirve para todo clima. Es patrono también de los que venden paraguas.

Santa Cecilia es la patrona de los músicos, por eso, papayera que se respete se llama Santa Cecilia. Los que nacen en su día, 22 de noviembre, son buenos serenateros y las muchachas enloquecen por ellos.

San Judas Tadeo es el patrono de los casos difíciles y a santa Eduviges se le reza para conseguir casa propia. Santa Marta, la de los martes, ayuda a conseguir platica, y el Espíritu Santo ilumina la mollera de los estudiantes.

Los carpinteros tienen a san José, que también protege a los sufridos esposos. Santa Bárbara protege contra rayos y centellas, la Virgen del Carmen es la patrona de los conductores y san Juan de Dios es el patrono de los hospitales. 

Cuando terminé, mi amigo me preguntó para qué sirven  los otros santos.

De ellos es muy poco lo que sé -le dije-. De Pachito dicen que no sirve para presidente, y de Juanpa dicen que sólo les sirvió a las Farc.

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