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Reformas pendientes
Lunes, 27 de Abril de 2015

En la historia de Colombia los temas que pretenden abrir camino a la paz desde el siglo XIX han sido las Constituyentes. Desde el momento de la Gran Colombia la preocupación por la Justicia buscaba espacio en las realidades regionales.

Temas como las primeras Gobernaciones y Provincias pretendían calmar los ánimos de gobiernistas y opositores, aunque en la Convención de Ocaña los constituyentes parecieron no creer en la confrontación de ideas y de proyectos, sino en las propias realidades caudillistas; y así llegamos a grandes pasos a pensar en la Constituciones de 1854, 1863, 1886, 1910, etc., donde los temas vertebrales eran la Justicia y el Reordenamiento territorial, como lo anota el historiador Jorge Meléndez Sánchez en su libro El héroe de La Humareda.

Actualmente el mismo autor refiere que fuera del problema de la justicia, tema especializado de los juristas, está el problema de un reordenamiento territorial en crisis.

La Constituyente de 1991 se limitó a enumerar figuras que lo contemplaran sin explicación adecuada. Decir región, departamento, provincia o municipio, debe referirse a realidades impositivas.

Se puede decir con facilidad que la antigua división  por departamentos cumplió su principal función tratando de poner orden a la colonización de laderas y valles cálidos y cuando esta situación parece estar terminando entonces los Departamentos pierden su función ordenadora y se muestran como bolsones feudales.

Ejemplos típicos podríamos ver el Urabá antioqueño, en donde una donación territorial compensatoria por la creación del antiguo departamento de Caldas, a expensas de Antioquia, llevó a cercenar el territorio de Bolívar, y desde luego, a imponer una administración a la que culturalmente no se han adaptado.

Otro ejemplo sería el de la construcción del aeropuerto de Manizales. Un regionalismo hirsuto llevó a exigir la construcción del aeropuerto de Palestina y solo la inquebrantable naturaleza los convenció de la equivocación. A su lado, Pereira tiene un aeropuerto dentro del perímetro urbano y en su propia vecindad Cartago, con condiciones óptimas para construir un aeropuerto internacional de acopio, no ha logrado terminar su terminal aéreo porque pertenece a otro bolsón departamental.

En caso de insistirse en una Constituyente, Jorge Meléndez Sánchez insiste, por su parte, en que se incluya un temario sobre el reordenamiento que  haga realmente flexible las realidades departamentales para llevar al Estado en forma más directa a las regiones, municipios y todos los rincones donde el hombre colombiano requiera atención apropiada.

No sé si mi pariente Meléndez Sánchez, quien estudió tantas regiones del país, tenga toda la razón, pero de lo que sí estoy seguro es que sería la forma de responder a la dispendiosa distribución de regalías y a la superación de los premios regionales preelectorales (Mermelada). 

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