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Rumbo a la universidad
Alguien decía que el abogado, el periodista y el sociólogo tienen que absorber demasiada y variada información.
Lunes, 23 de Mayo de 2016

Por estos días vemos en los medios de comunicación un despliegue publicitario de las universidades públicas y privadas sobre su oferta académica.

Alguna vez escribí un artículo donde traje a colación un pasaje de una obra representativa de la literatura inglesa: Robinson Crusoe, de Daniel Defoe, pasaje redactado de diferentes maneras por aquello de las traducciones, pero en el fondo la esencia es la misma. Ahí se lee: “Mi padre me procuró esmerada educación para destinarme a la carrera de leyes”, y el mensaje es que para las carreras universitarias hay que prepararse con tiempo y no sobre el tiempo. Muchos pretendientes a la formación universitaria rehúyen la carrera de leyes porque “hay que leer mucho”.

Alguien decía que el abogado, el periodista y el sociólogo tienen que absorber demasiada y variada información, y tiene razón porque esas disciplinas lo exigen, sin olvidar que en todas hay que leer -cuando el estudiante es serio, no se conforma con los simples apuntes de clase y consulta textos de diferentes autores para complementar-, tan solo que en unas se lee mucha información técnica, propia de lo que estudia –ingeniería, medicina, etcétera-, y en las tres profesiones arriba citadas hay que leer tanto información técnica de la profesión como la adicional, generalmente humanidades. “El derecho es un artículo de primera necesidad”, nos dice el jurista español Javier Hervada en su libro ‘¿Qué es el derecho?’, en el que nos describe una visión diferente de la Introducción al derecho.

A algunos profesionales, como los administradores de empresas, se les cierran los caminos porque no coronan lo que estudiaron, es decir, no llegan a gerenciar o administrar empresa alguna. Es cierto que la denominación de dicha carrera no es afortunada porque restringe su campo de acción, pero, se les puede aplicar a estos estudiantes el mismo consejo que trae la revista Rumbo a la U, de La Opinión del domingo pasado (Pág. 5), en el sentido que con el panorama incierto del petróleo estos profesionales “deben buscar caminos para que se conozcan las otras áreas del ejercicio profesional en que se pueden desempeñar estos ingenieros”. Entonces la amplitud de miras nos conduce a las finanzas, a la formulación y desarrollo de proyectos, por ejemplo.

Aunque en la citada revista dice que son las universidades las que “deben buscar caminos”, es aconsejable que los estudiantes lo hagan directamente porque su universidad no lo hará.

En fin, las carreras universitarias hay que escogerlas por vocación y no por su nombre rimbombante, ni a las carreras; y ahora con la facilidad de Internet se puede consultar previamente el plan de estudios para saber si contiene lo que necesito, cuando se tienen metas, desde luego.
 

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