La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile

Talanquera

Por supuesto que la aceptación política de esta guerrilla será nula.

Faltaba más, asistimos a un rasgamiento tal de vestiduras por cuenta de la inexequibilidad declarada por la Corte Constitucional a ciertos artículos del fast track, en especial y como era de esperarse por parte se ciertas figuras del gobierno y, por supuesto, por el negociador Humberto de la Calle, que parecería que hubiera un linchamiento mediático orquestado por los medios afines al régimen, de las decisiones de esta misma Corte que en el pasado reciente le ha aprobado al gobierno cuanto este ha querido en relación al Acuerdo de Paz para las Farc. 

Que espectáculo vergonzoso, creían que las decisiones de la Corte estaban todas coaptadas a sus deseos y el de la ahora bondadosa guerrilla, en cuanto a que pensaban que la Constitucional iba a ser otra institución más de las del pupitrazo legislativo. Pero no resulto así por el momento, para sorpresa de los colombianos. La talanquera puesta a la desbocada y abusiva trapeada de la Constitución en aras de una “paz estable y duradera”, hizo morder el polvo de los arrogantes partícipes de esta implementación, por momentos de un arrodillamiento tan descarado a la voluntad de las Farc, que parecían sus mejores amigos. 

Y es que definitivamente cada día vemos con asombro que las concesiones hechas a la guerrilla fueron tan desmedidas e injustas que, no nos cansamos de aterrarnos ante las perspectivas. La salida del closet de las Farc, los desenmascaró tal cual son y lo que debemos esperar de ellos en el futuro de la política en este país. Desde defensores a ultranza del Chavismo nefasto y de su esbirro Maduro, pasando por la falta absoluta de arrepentimiento de sus miles de crímenes, hasta el deseo explícito de traer a este país el modelo económico y la dictadura del siglo XXI. Da un poco de risa, pero también mucho de susto el solo pensar que, gracias a la apertura de piernas de este gobierno al negociar la paz con los susodichos, estemos más cerca de esa realidad. 

Afortunadamente todavía queda cordura y capacidad de repudio a la aprobación moral y aceptación social de los cabecillas de esta banda de narcos. No es sino mirar la reacción de los ciudadanos a las imágenes de los capos viajando en primera clase en vuelos comerciales, o presentándose a foros en universidades como todos unos académicos, o pretendiendo llegar al Congreso, sin siquiera haber sido juzgados por la dichosa JEP, sin haber devuelto a los menores reclutados, sin haber entregado las armas, sin haber devuelto un peso para resarcir a las víctimas, todo esto cohonestado por la administración Santos sin ningún pudor o vergüenza. 

Porque una cosa es haber firmado un Acuerdo hecho a la medida de las Farc, impúdico con las víctimas y la sociedad, y otra cosa es querer aprovechar la palomita para recorrer este país como Pedro por su casa, sin haberse completado ni una mínima parte de la implementación del mismo, con todo lo que ello implica, incluido lo más importante: el juzgamiento, la asignación de las penas, el arrepentimiento, la no repetición, y el pago de la deuda moral y económica que tienen con las víctimas. 

En tanto lo anterior no suceda, por supuesto que la aceptación política de esta guerrilla será nula, la favorabilidad del gobierno estará en el fondo de la olla por cuenta de su falta absoluta de sintonía con el malestar general del pueblo, en esta y en muchas materias en las cuales se raja sin ambages. Por lo pronto el tatequieto de la Corte, que devuelve un poco la independencia de los poderes, resulta una oportunidad inmejorable para corregir el Acuerdo y devolverle un poco los pies a la tierra al encumbramiento prematuro y peligroso del excartel, llamado Farc.

Viernes, 2 de Junio de 2017
Premium-home
Patrocinado por:
Logo Empresas
Temas del Día