No es un secreto el altísimo grado de irresponsabilidad que tienen la mayor parte de conductores que transitan en el Área Metropolitana y aún menos, el estilo lastimero utilizado por los infractores, quienes justifican su actitud por la compleja  problemática que atraviesa la ciudad y ahí está el problema.

La actual administración cumple sesenta días y en lo que corresponde a la Secretaría de Tránsito de seguro será poco lo que puede mostrar no solo por el corto tiempo sino por la caótica situación heredada que va desde obsoletos equipos de computación hasta débiles procesos para dar cumplimiento a las normas.

El joven profesional José Luis Duarte Contreras, se encontró con un convenio agonizando con la Policía Nacional el cual pudo renovarlo días antes de la pronosticada salida de su titular.

De ahí la soledad en las calles y el caos vehicular reinante el cual me comentan, ha tenido algunas mejoras por la vigilancia permanente de algunas vías arterias y la socialización de las decisiones en cuanto a estacionamientos prohibidos en cercanías a centros de educación superior.

También se encontró con el delicado tema de los mototaxistas, los informales en su modalidad de colectivo en permanente crecimiento, bajos recaudos, problemas en los sitios para disponer vehículos inmovilizados, gestores en la entrada de la dependencia con ingreso libre a determinadas dependencias y en fin, una cadena de problemas de la “Cúcuta para Grandes Cosas”.

Creo que uno de los problemas y más crítico es la común excusa de los infractores que estacionan donde les viene en gana manifestando que son solo cinco minutos, otros no portan los documentos de ley porque según ellos son costosos, un alto porcentaje habla por celular mientras conduce y siempre dicen que la mamá esta grave y por eso contestaban llamadas, otros más cínicos le confiesan a la autoridad que conducen ebrios porque tienen un problema sentimental.

Lo cierto es ninguno quiere ser objeto del comparendo pero esos son los mismos que escriben en las redes sociales que la ciudad no está señalizada, que acá se estacionan las personas donde les da la gana y que todos los que salen de Centro Comercial Bolívar son meseros que no consumen licor.

Entonces es cuando el Secretario debe actuar contundentemente en contra de los infractores de tal manera que los ingresos aumenten y los quejosos puedan escribir en sus redes todas las ridículas historias que se les ocurra. Una vez aplique las normas con suficiente rigidez, en mediano plazo podremos tener una ciudad con mejores hábitos para conducir y menos excusas de los que acostumbran a infringir las normas de tránsito.