Las condiciones en las cuales vive cualquier paciente candidato a un trasplante de un órgano, son bastante difíciles por la enfermedad misma, que en esta condición se encuentra en fase terminal; razón por la cual la opción del trasplante es la única para dar alivio a su padecimiento.
La historia en Colombia nos ha enseñado que los hospitales con la infraestructura para realizar este tipo de procedimientos han ido creciendo con el paso del tiempo, lo mismo que la lista de espera, no así la cantidad de donantes que se requieren para dar una respuesta efectiva a esta situación. El principal obstáculo es de tipo cultural, porque ante la situación de muerte cerebral por una persona previamente sana lo hace candidato a la donación de órganos y tejidos que podrían llegar a beneficiar hasta 55 personas diferentes; pero la familia se opone a que le sean retirados los órganos, más por falta de conocimiento sobre el beneficio que puede obtener otra persona que, por el mero hecho de enterrar completo a su familiar.
La ley 1805 de este año, mediante la cual se modifican la normatividad vigente en esa materia, ya cuenta con la sanción presidencial y un plazo de seis meses para que entre en vigencia, el cual se cumple en febrero de 2017, convierte en potenciales donantes a todos los colombianos que por algún mecanismo hayan llegado al estado de muerte cerebral y si durante la vida él no ha hecho una manifestación expresa de no ser donante; se podrá proceder a retirar los órganos con fines de trasplantes y no podrá ejercer oposición la familia o quien lo represente.
Como lógica consecuencia es de esperarse que la situación de falta de donantes sea superada por la vía legal y que los miles de colombianos que hacen parte de la lista de espera logren ese objetivo de ser reemplazado ese riñón, corazón, hígado, páncreas o cualquier otro que sea susceptible de ser trasplantado.
Por virtud de la misma ley será el Instituto Nacional de Salud quien maneje de manera unificada todo lo pertinente al tema de organización, información y sistematización de la red de trasplantes para que sea efectiva y beneficie a estos enfermos en condición grave.
La recuperación de calidad de vida en los aspectos físicos, emocionales y sociales de los trasplantados es lo que justifican que se hagan muchos esfuerzos en este sentido y la nueva ley procura que se puedan hacer más trasplantes y renazcan estos enfermos. Por tanto todos debemos comprometernos en contribuir de alguna manera para que los trasplantes sean procedimientos al alcance de todos los colombianos que lo requieran.
