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¿Usted no sabe a quién le conduzco?

Los funcionarios del orden municipal pueden orientar a los conductores y a sus escoltas el sentido de la ley.

Hace unos días, mientras transitaba por la calle 10 entre avenidas 4 y 5, fui parte afectada de un tremendo trancón a pesar de que no era hora pico. Poco a poco avancé y casi a mitad de cuadra, más exactamente frente a la entrada del edifico donde funciona la Cámara de Comercio de Cúcuta, observé una camioneta estacionada en el carril derecho de la vía. 

Se trataba de un vehículo de doble cabina, matriculado en el pujante municipio de Girón (Santander), en cuyo interior se observaba a su conductor, quien poco le importaba lo que sucedía alrededor o de las molestias que le pudiera causar a la movilidad, porque delante suyo se encontraba una camioneta de la Policía de Carreteras, perfectamente identificada con los logotipos de entidades adscritas al Ministerio de Transporte. 

La camioneta de servicio particular citada inicialmente, tenía en el vidrio panorámico una diminuta tarjeta en la que difícilmente se apreciaba la palabra “Invías”. 

Me imagino que esa insignificante cartulina, sumado a la protección que le brindaba el uniformado de la patrulla (ambos infractores), era suficiente excusa para que nadie pudiera censurar tan deplorable espectáculo, compuesto por dos autoridades relacionadas con la movilidad.

Desconozco el motivo que originó tan descarada actitud y aún menos a quien transportaban. Lo único cierto es que ante la mirada de desaprobación por parte de los demás conductores afectados, tan solo se percibía el arrogante comportamiento bastante desgastado como si estuvieran diciendo en coro: “Usted no sabe a quién le conduzco”.

Estoy totalmente seguro de que la columna es leída por personal de alto rango adscrito a la Policía Nacional y por funcionarios que pertenecen a una u otra institución que articula su misión con las autoridades municipales, los cuales deben saber que a la fecha no existe ley alguna que permita esos atropellos así se trate del mismo Ministro de Transporte o parte de su corte, los cuales debieran dar ejemplo permanente. 

Los funcionarios del orden municipal pueden orientar a los conductores y a sus escoltas el sentido de la ley, porque ya existe suficiente jurisprudencia y causal de mala conducta, utilizar un cargo público para incumplirla cada vez que les parezca.

Lo mismo aplica para Secretarios de Despacho en sus dos niveles, a los Directores de Institutos Descentralizados, en fin, a todos los ciudadanos que vivan o que visiten nuestra ciudad. A ellos se les recuerda que su rango, cargo o jerarquía, no los autoriza para dejar sus vehículos estacionados en sitios prohibidos o en la entrada de los lugares destinados para reuniones. En cuanto a los uniformados, es realmente inadmisible que se vuelvan infractores a los ojos de la ciudadanía. 

Los residentes en esta ciudad, estamos agotados de tanta parafernalia ofrecida a funcionarios que en sus capitales se movilizan en Transmilenio y aquí se transforman, quejándose de todo. La autoridad de tránsito debe ser inflexible ante estas situaciones, recordándoles que la norma tiene muy pocas excepciones y esas actitudes no las contempla. 

Sábado, 15 de Abril de 2017
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