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Venezuela: De Bolívar a Maduro
Por estos días, cuando se han conmemorado los 200 años de la Carta de Jamaica, uno de los documentos más importantes que elaboró el Libertador Simón Bolívar.
Jueves, 10 de Septiembre de 2015

Por estos días, cuando se han conmemorado los 200 años de la Carta de Jamaica, uno de los documentos más importantes que elaboró el Libertador Simón Bolívar, en donde plasmaba de manera magistral su sueño de construir una gran nación conformada por los territorios de la Nueva Granada, Venezuela y Ecuador, nos llena de nostalgia contemplar el paso de esos dos siglos y observar el retroceso del valor humano en la conducción de los destinos de ese pueblo hermano, que fue capaz de engendrar a Simón Bolívar, y que 200 años más tarde, pone su legado en manos de un personaje oscuro, perverso y siniestro como Nicolás Maduro.

Precisamente es Maduro, y su mentor, Hugo Chávez, quienes inspiraron su movimiento político en las ideas del libertador e incluso le hicieron cambiar el nombre a esa nación por el de República Bolivariana de Venezuela, simplemente para ostentar un ropaje a oscuros intereses que cuyo ejercicio no son otra cosa que desvirtuar sustancialmente el pensamiento del Libertador.

No fue más que una vieja y audaz táctica para producir engaños electorales y desatar un esquema de gobierno totalitario que hoy tiene sumido a ese pueblo en la miseria, producto del desabastecimiento de alimentos, de la inseguridad comparable con las peores del mundo, de una deuda externa nunca antes vista, de una eliminación de las libertades individuales, de una supresión de las garantías democráticas y de una corrupción que todo lo carcome y destruye.

Y para tapar esa inmensa mancha envuelta el la total desvergüenza, se acude a medidas distractoras que traten de despertar un falso nacionalismo, así el efecto final sea el de crear más injusticia y destrucción, aún amenazando la estabilidad de la región entera.

Que lamentable panorama el que observamos todos los días, en donde cada hecho nuevo no demuestra otra cosa que un retroceso y un equívoco peor que los anteriores producidos.

¿Dónde está la genialidad del gobernante?. ¿Dónde el progreso y la reivindicación de los beneficios colectivos?. ¿Dónde la integración que añorara y por la cual luchara el Libertador?. ¿Dónde la sindéresis, la ponderación y el buen juicio?.

Lo único que queda de esas repetidas actuaciones es la exhibición de una arrogancia destructora y de una ignorante mezquindad que todo lo complica y nada lo enaltece.

La cadena de hechos lamentables y grotescos sigue cada día, bajo un poder absoluto que impone el desastre.

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