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Y nos metieron, nuevamente, la mano al dril

 Cada año igual, las reformas se justifican, dice el Gobierno, para tapar el hueco fiscal que todos los años crece.

Y como estaba anunciado, el Congreso aprobó una nueva reforma tributaria. Ya el Gobierno y el Congreso nos tiene acostumbrados a los colombianos que todos los años se aprueba una reforma y no precisamente para disminuir las cargas tributarias sino para apretarnos cada vez más el pescuezo. Pero la de este año sí la sacaron del estadio el binomio Congreso-Gobierno. Un alza general de precios por cuenta del aumento universal del IVA al 19%, impuesto adicional a la gasolina, a las motos, a los tenderos con el monotributo, impuesto de las entidades territoriales a través del impuesto de industria y comercio deberá ser pagado ahora doble: impuesto nacional y local. Al que no quiere caldo se le dan dos. Cada año igual, las reformas se justifican, dice el Gobierno, para tapar el hueco fiscal que todos los años crece por cuenta de unos menores ingresos en la balanza comercial y especialmente por la caída paulatina del precio internacional del petróleo. Lo que si no dice el Gobierno es que el hueco fiscal corresponde a los gastos desmesurados del funcionamiento del Estado, la mermelada para los congresistas y el alto grado de corrupción que azota a todos los estamentos de la vida nacional. Los señores del Gobierno, más concretamente el presidente como cabeza visible del mismo, debe seguir parcialmente el ejemplo del Brasil que congeló por 20 años el gasto público en ese país acosado por un considerable déficit fiscal  en sus finanzas públicas. Y propongo que parcialmente por cuanto el Brasil congeló también el gasto en salud, educación e infraestructura. No, hasta allá no es conveniente un congelamiento aún cuando en la práctica eso es lo que hemos venido sufriendo los colombianos, cada vez menos inversión en gasto público social. Lo que se pide es un congelamiento en los gastos generales de la administración tanto central como territorial que año tras año aumenta geométricamente. Que estos gastos que han aumentado sin control y son los causantes del permanente hueco fiscal en toda la administración pública, no puedan aumentar año tras año por encima del índice de precios al consumidor. Y esto es una iniciativa que debe partir del Presidente de la República, presentarla en el Congreso para que sea convertida en ley, de tal suerte que cobije el presupuesto nacional y los presupuestos de las entidades territoriales. Si no se dan la pela en el control de los gastos desmedidos del Estado, el próximo año estaremos de nuevo los colombianos retorciéndonos con otra reforma tributaria para tapar el mismo hueco que el gobierno y los congresistas todos los años nos dicen que hay. El hueco hace rato, se pudo haber tapado con los dineros que le roban al Estado con actos de corrupción estilo Reficar, los sobornos de la empresa Brasileña Odebrecht, los dineros de la extinta Dirección Nacional de Estupefacientes y la mermelada que reparte el gobierno nacional etc., etc. Estamos cansados los colombianos de ser los paganinis de las malas administraciones públicas. ¡ MÁS! 

Domingo, 1 de Enero de 2017
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