¿Cree poder reconocer cuándo algún tipo de carne (sea de res, pollo, cerdo o pescado) está en malas condiciones de higiene?
Aunque por tradición la gente siempre se fija muy bien el producto antes de consumirlo, observar el color, la textura y el olor de la carne ya no es suficiente.
Carne: Según las autoridades, se ha identificado que la carne de res, que se encuentra en estado de descomposición, es sumergida en baldes con productos como el bisulfito sódico. También se le añaden colorantes artificiales para darle un color natural. A medida de que la arne empieza a podrirse, nuevamente se repite el proceso para atacar la flora bacteriana que está haciendo la descomposición y así conservarla.
Según la secretaria de Salud de Cúcuta, Deisy Astrid Machucca Albarracín, personas que trafican con carnes de procedencia desconocida, la mayoría de veces de contrabando, están ligando químicos a los alimentos cárnicos para devolverle una apariencia saludable.
Se cree que por más que los compradores activen sus sentidos para reconocer si el producto es de buena o mala calidad, no se puede. Las carnes de procedencia no legal están siendo cargadas de anilinas y otros químicos, como el bisulfito sódico o hasta formol para para disimular su mal estado.
Pollo:El pollo quizá es el producto cárnico con menos problemas de identificar, pues es sumergido en agua con anilinas color naranja para darle similitud a una gallina criolla; el pollo no puede ser de un color anaranjado. Los delincuentes también pueden someter el producto a lavados con bisulfito sódico o peróxido para darle apariencia de frescura. No puede tener un olor penetrante.
Para las autoridades, lo más grave es que supermercados, tiendas, carnicerías o restaurantes, que se supone son los establecimientos donde la gente deposita su fe, estén siendo usados para el negocio de los ilegales, poniendo en riesgo la salud pública.
Aunque Machucca reconoce que la economía de los cucuteños no es la mejor por la crisis, el primer consejo para la comunidad es que dude de aquellos cárnicos en promoción, o de bajo costo, que se almacenan sin las medidas de higiene tales como sin una buena refrigeración o en recipientes sucios que no garanticen la inocuidad de los alimentos. La manipulación también es muy importante.
José Uribe, ingeniero químico de la oficina de salud ambiental del Instituto Departamental de Salud, dijo que se debe tener en cuenta que la consistencia sea buena, que tenga buen olor, color y sabor antes y durante su consumo; la otra garantía es escoger bien el sitio donde se compre el alimento.
Uribe argumentó que estas carnes en mal estado aumentan en la población las Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETA), que son la causa principal de trastornos en el tubo intestinal, con dolores abdominales, diarrea y vómitos.
“Son causadas por la ingestión de cualquier alimento contaminado por microorganismos patógenos, toxinas, venenos naturales o sustancias químicas dañinas”, dijo.
Pescado: A diferencia del pollo o de la carne, al pescado no le aplican colorantes, pero le agregan sustancias como peróxido (aguas oxigenadas) o formol, en muy pequeñas dosis, para atacar la flora bacteriana. Es importante destacar que la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer en sus últimos informes lo ha clasificado en el grupo 1, Carcinógeno confirmado para humanos (Cáncer nasofaríngeo). Deben revisarse las agallas, que deben ser de un rojo y los ojos brillantes, además que la carne sea consistente y no se hunda con el tacto.
Las autoridades ya detectaron que el consumo de carne que se vende en mal estado pudo haber incidido en los 56 casos registrados de fiebre tifoidea en Cúcuta. La enfermedad la produce la salmonela, bacteria caracterizada por ulcerar los intestinos, que se adquiere al ingerir agua y alimentos contaminados con deyecciones (material fecal).
La Opinión consultó a expertos en la materia como el médico epidemiólogo Jesús Chacón, quien habló de los procesos que los delincuentes están haciendo para disfrazar la carne.
Bisulfito sódico
Se trata de una sal ácida muy inestable que al reaccionar con el oxígeno se convierte en sulfato de sodio. Suele emplearse como conservante y en algunos casos debido a su efecto oxidante se sabe que puede reducir el contenido vitamínico de los alimentos. Se usa en la conservación de cebollas, bebidas alcohólicas como el vino, productos de panificación, jugos de frutas así como productos alimenticios a base de papas. Cuando el producto pasa de 0.7 miligramos por kilogramo del peso corporal. Afecta rápidamente en personas sensibles, provoca dolor de cabeza y hasta náuseas y puede irritar el sistema intestinal.
