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Corponor hace un llamado a cuidar los gavilanes

Varios ciudadanos se han quejado por la presencia de estas aves en la ciudad.

"El ave nos está acechando a diario y cuando nos descuidamos sentimos un totazo en la cabeza; nos rasguña, luego alza vuelo y se va...". Así cuenta Gilberto Mahecha, un conductor de taxi, la experiencia que tuvo hace un par de semanas con la naturaleza, mientras señala con su dedo índice un frondoso árbol donde se esconde un Gavilán Pollero.

El animal no es perceptible a primera vista, pero luego de mirar detenidamente se ve que está ahí. Está en lo alto de un árbol y desde su guarida, tiene visión periférica. ¡Es un ave hermosa y perfecta! 

Como si supiera, enfoca con sus ojos amarillentos y pupila negra hacia tierra firme, exactamente hacia Gilberto, que está preparado en caso de un nuevo ataque con una rama en la mano. Finalmente el gavilán no ataca.  

Aunque Mahecha toma este episodio como algo esporádico, los vecinos de Parques Residenciales III, un sector cercano al río Pamplonita, reseñan que esas embestidas son diarias y pueden llegar a ser peligrosas. 

Los gavilanes (Rupornis magnirostris) son una especie de ave rapaz que se alimenta de carne. Puede medir de 20 a 46 centímetros de longitud, pesan entre 185 a 342 gramos, tienen garras negras y un fuerte pico con el que desgarran la carne de sus presas. 

Estas mismas armas que les dio la naturaleza rasguñan y espantan a las personas o animales que se quedan o que caminan por el sector, donde el ave anidó y tiene polluelos.    

Luz Marina Camelo, residente del sector, dijo que un día estaba en la tienda y cuando iba entrando a su casa sintió como "si un cable de luz me hubiera caído en la cabeza. ¡Es un dolor horrible!", explicó preocupada, pues en su casa hay niños y teme que les picotee los ojos.

La mujer denunció que ha llamado a la Policía Ambiental "para que se lleven ese animal", pero ellos solo inspeccionan y se van. "La gente, los niños, los perros, todos tienen que tener cuidado, porque ataca en cualquier momento", señaló. 

Hay que cuidarlas

Según Paloma Villamizar, bióloga de Corponor, las quejas suelen ser informales y provienen, la mayoría de veces, de los barrios que quedan cerca del río Pamplonita. 

"Tenemos también reportes de Gavilán del barrio El Contento, hay avistamientos en otros sitios, pero gracias a Dios no ha habido un ataque que afecte a las personas", precisó la bióloga. 

Según  Villamizar, los ataques se dan porque son zonas que conservan árboles de copa alta y son ideales para que estas especies establezcan sus nidos y estén lejos de otros depredadores y hasta de los seres humanos. Además, la especie está en una época reproductiva y sus huevos ya eclosionaron, por eso son territoriales y protectores. 

"Su aparición se está dando porque estas especies, a raíz de la pérdida de los hábitat naturales, están obligadas a asentarse en sitios donde pueda garantizarse su alimento", dijo Villamizar. 

Para los ambientalistas, esta especie silvestre, más que una molestia, debe ser una garantía de que la naturaleza emerge a pesar de las adversidades. Los gavilanes son controladores de plagas de roedores, aves, serpientes y otras especies, por eso deben protegerse, comenta. 

Las autoridades invitan a no atacar los nidos, ni tampoco a intentar ahuyentar o matar estos animalitos, porque finalmente ellos están cerca de caños, cuerpos de agua o ríos, mucho antes de que el hombre interviniera en su espacio.

Corponor informó que está trabajando en la construcción de un censo en colaboración con la Universidad de Pamplona para establecer el censo de estas aves y el número de ataques. 

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Jean Javier García
Miércoles, 12 de Abril de 2017
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