Los vecinos del barrio Niña Ceci dijeron no estar dispuestos a seguir soportando el polvo que desde hace 20 años se levanta de la cancha de fútbol que hay en el sector.
Dijeron que siempre han respirado un aire contaminado y que en sus casas se ven obligados a vivir atrincherados para protegerse, pero, aun así, el polvo ingresa por cualquier rendija y se posa sobre muebles, mesas, camas y la ropa que se ponen.
La convivencia, pese a ser un vecindario tranquilo y de gentes humildes, se torna todos los días pesada, más ahora que está en pleno furor la temporada de vientos, cuyo impacto triplica la cantidad de polvo en el aire, dijo Liliana Parada, secretaria del comité que se conformó en Niña Ceci para buscar una solución a este problema.
La lideresa reveló que las inclemencias del polvo los llevó a pedir ayuda en cuanta oficina de gobierno existe en Cúcuta.
“Nuestro clamor es que se instale gramilla sintética en la cacha, para poner fin al polvo que se levanta”, argumenta.
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Cerca de la citada cancha funciona el colegio Presbítero Daniel Jordán, donde reciben clases cerca de mil estudiantes, todos ellos también víctimas del polvo que invade pupitres, libros, cuadernos y aulas de clase.
Los vecinos alegan que sus peticiones están encaminadas a buscar protección para la salud, dado que ya hay personas que padecen afecciones respiratorias, sobre todo ancianos, dijo Parada.
Una de los llamados de auxilio de los residentes de Niña Ceci llegó a la oficina de Diego Carrillo, alto consejero en planes y proyectos especiales de la Gobernación de Norte de Santander, donde hay una luz de esperanza para encontrar una solución.
(Capas de polvo cubren a diario muebles y enseres de los vecinos de Niña Ceci, como si se tratara de una epidemia.)
Un proyecto en espera
Por ahora el proyecto está inscrito en la base de datos de esta consejería. Ya se empezaron a hacer los trámites para buscar la financiación, unos mil millones de pesos, según Parada.
Lo que queremos es priorizar ésta obra en la gobernación ya que está afectando significativamente nuestra salud, aseguró la dirigente comunitaria.
La comunidad no quiere acabar con el escenario deportivo, que es emblemático en el barrio y que ha visto crecer a los deportistas del sector. Solo le piden, tanto a la administración municipal como a la departamental, que conviertan la cancha en gramillada o sintética, como ya ha pasado en otros sectores de la ciudad, donde han acabado con el polvo.
