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La última voluntad de Monseñor Pedro Alejandrino Botello

En el año 2006, Monseñor Botello publicó su testamento en una edición del Periódico La Verdad.

Luego de despedir a Pedro Alejandrino Botello Ortega, quien murió el pasado 16 de junio en la clínica San José, después de luchar durante varios días contra los quebrantos de salud ocasionados por el contagio de COVID-19, La Opinión recuerda las últimas disposiciones que Monseñor expidió a través del Periódico La Verdad, en su edición 889 del 4 de julio del año 2006 (próximo a cumplir sus bodas de oro sacerdotales).

Estas fueron las palabras en la edición impresa:

Mi testamento

Yo, Pedro Alejandrino Botello Ortega, sacerdote, de 75 años de edad, a pocos meses de cumplir bodas de oro sacerdotales, en pleno uso de mis facultades mentales y con toda libertad, dejo por escrito mi última voluntad para el momento en el que Dios mi Señor y Padre me llame a su Casa.

“Bendito sea el Dios y Padre Nuestro, Señor Jesucristo, que desde lo alto de los cielos me ha bendecido con toda clase de bendiciones… por cuanto me ha elegido en Él antes de la formación del mundo… para ser su hijo adoptivo, para alabanza de su gloria” (Ef 1, 3-6), y además por su infinita misericordia quiso hacerme partícipe del sacerdocio de su Hijo, mi Señor Jesucristo. En primer lugar, quiero pedir perdón a Dios, a los señores Obispos con quienes serví en el trabajo pastoral, al presbiterio, a las comunidades parroquiales que estuvieron bajo mi cuidado de pastor, al Seminario Mayor San José de Cúcuta y a mis familiares y amigos, por las deficiencias habidas y por el mal ejemplo que haya dado, y pido oren mucho por el eterno descanso de mi alma.

Doy infinitas gracias a Dios por todas las bendiciones que me ha concedido a lo largo de toda mi vida y a las personas que me edificaron con su testimonio y me fortalecieron con sus oraciones y con su afecto.

Igualmente agradezco a Dios porque me permitió oír a muchas personas con cantidades de problemas y darles una palabra de aliento y esperanza por medio de la oración; por eso pido a Dios que suscite muchos sacerdotes santos y sabios, que oigan a las personas ricas o pobres, y oren por ellas.

Declaro que mi Señor y Salvador, me concedió una de las gracias que le supliqué el día de la ordenación sacerdotal: No acumular riquezas. No tengo bienes materiales, pero nunca me ha faltado lo necesario, antes bien, he podido compartir algo con los más necesitados.

Deseo que los libros, un cáliz, un porta-viático con su cadena (si aún lo conservare) y los objetos de uso personal que estén en buen estado, sean entregados a las personas que puedan necesitar, según la determinación del señor Obispo. Unos cuadros (seis o siete) pueden ser entregados a mis hermanos.

Ojalá en mis funerales no haya esos discursos y ponderaciones que ya no traen ningún provecho a las almas y sobreabunden las oraciones y las obras de misericordia en expiación de mis pecados. Me abandono a la misericordia infinita de Dios. ¡Qué alegría cuando me dijeron, vamos a la casa del Señor!

Lomitas, Villa del Rosario, Semana Santa de 2006.

Con información del Periódico La Verdad

 

Entre algunos de sus servicios en vida más destacados, se recuerda en los años 70 su impulso en la construcción del templo parroquial Nuestra Señora de Belén, en el barrio Belén, donde servía como párroco. También guio durante muchos años al movimiento apostólico Renovación Carismática Católica, donde afirmaba que tuvo la oportunidad en gracia del Espíritu Santo y tomar toda su fuerza, para enriquecer su ministerio.

En la celebración de sus 60 años de sacerdocio (año 2017), aseguró que el reto más grande de ser sacerdote era el de poder corresponder y cumplir con una vida de santidad: “cumplí con orar, evitar el pecado y responder el gran reto de tratar de vivir la gracia de Dios (…) Poder transmitir la vida espiritual y la vida pastoral, transforma y renueva; si uno dice la homilía o cualquier palabra con la fuerza y la presencia del Espíritu Santo, hace mucho bien en las personas, pero si dices palabras por decirlas no haces ningún efecto”.

Servicios pastorales

  • Vicario de San Antonio de Padua (Cúcuta)

  • Párroco del Carmen de Nazareth

  • Párroco de San Antonio de Padua (El Zulia)

  • Párroco de San Cayetano

  • Párroco de Nuestra Señora de Belén

  • Vicario de San José Catedral

  • Formador del Seminario Mayor San José

  • Párroco de Nuestra Señora de Torcoroma

  • Párroco de Nuestra Señora del Rosario

  • Párroco del Divino Niño

  • Miembro del Consejo Presbiteral

  • Miembro del Consejo de Ordenes

  • Vicario General de la Diócesis de Cúcuta

  • Decano de Villa del Rosario

  • Rector de la Capilla Nuestra Señora de las Gracias de Torcoroma

 

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