En el corregimiento de San Faustino no solo caben la violencia y el contrabando. También hay espacio para la cultura y la estética.

Y es por eso que en medio de los  pupitres y los tableros que adornan los salones del colegio Fray Manuel Álvarez, están las cámaras y micrófonos con los que los estudiantes construyen historias diferentes de la realidad que golpea al corregimiento ubicado a 75 minutos de Cúcuta.

Aquí se percibe la supervivencia de sus habitantes en el contrabando y la delincuencia que azota las calles, pero en las apuestas sociales los jóvenes encuentran un nuevo horizonte dentro de los salones de clase.

Desde hace tres años, la Universidad Francisco de Paula Santander (Ufps) forma parte del colectivo Construyendo Historias, en el que los estudiantes de sexto y séptimo semestres de comunicación social se convierten en profesores de sus propios aprendizajes. 

Con talleres de fotografía, televisión, música, radio, teatro y danza los estudiantes de bachillerato mezclan las horas de química y matemáticas con ensayos de actuación y coreografías de baile.

Listos, cámara... ¡acción!

Antes de llegar a los salones de clase, los universitarios de la Ufps recorren un trayecto en medio de retenes del Ejército y carros que esperan el aviso para ingresar a las trochas de San Faustino.

Aunque el sonido de los helicópteros se hizo costumbre en el oído de sus habitantes, los estudiantes del colegio Fray Manuel Álvarez cambian la realidad con guiones radiales y melodías que mezclan en una consola de radio. 

En el salón que acondicionaron como una cabina radial se escuchan las agudas voces de los 13 estudiantes de séptimo a undécimo que participan en la grabación.

A las temáticas radiales de educación sexual y derechos humanos se les adicionan  efectos de animales y sonidos ambientales que complementan los guiones que los más pequeños escriben sobre el medio ambiente.

El paisaje que cobija a San Faustino se convirtió en el escenario para capturar fotografías en planos generales, mientras que el rostro de los niños enmarcado con una amplia sonrisa es como el manual para aprender las reglas fotográficas con solo oprimir un clic. 

Con dos cámaras profesionales, trípodes, micrófonos de solapa y grabadoras de voz para radio, los jóvenes incursionan en el arte y en los medios audiovisuales que desvían la mirada al contrabando y a la delincuencia. 

Así, los jóvenes se sumergen en una aventura de aprendizajes donde navegan a través de las fotografías, edición de videos y danza.

El panorama gris que los ve crecer en medio del contrabando y confrontación armada entre las bandas criminales y la Policía se pinta de colores al ritmo de baile y canto que los niños preparan como demostración de sus talentos, para dar a entender que San Faustino no es solo olvido, sino esperanza.