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El boxeo callejero

60 jóvenes se reúnen todos los domingos en El Malecón para desfogar su energía con la práctica del boxeo.

Tatiana Delgado es una joven  que suele salir a caminar con regularidad a la ciclovía en El Malecón, cada domingo, con su hermano menor.

Esta chica menuda, de ojos claros, disfruta de los domingos cucuteños, con temperaturas que a veces alcanzan los 34 grados centígrados.

En una de esas salidas a caminar a la ciclovía, con uno de sus amigos, vio a un grupo de muchachos boxeando, o mejor, guanteando, lo que le llamó inmediatamente la atención.

Esa sorpresa inicial, con la ayuda de su amigo y de uno de los entrenadores de  la Liga de Boxeo, Eduardo Sarmiento, la impulsaron, más con nervios que con miedo, a ponerse los guantes para saber qué es este deporte.

Al comienzo no fue fácil, pero a medida de que Sarmiento le fue explicando cómo ejecutar los movimientos, Tatiana se fue sintiendo cómoda y alegre. Para ella era algo nuevo en su vida.

Ahora, todos los domingos, después de una larga semana de trabajo y estudio, hace un alto en el camino para  no faltar a la cita de las 9:00 de la mañana en Las Cascadas, donde logró que el boxeo se convirtiera en su hábito de vida saludable.

“Llegué por un amigo, fuimos a ver, y me gustó. La verdad, ahí desahogo mis iras (risas…)”, cuenta Tatiana, mientras camina con su hermano.

“Ahora vengo todos los domingos. Este ejercicio (del boxeo) me relaja. Puede ser que muchos lo tomen como un deporte más, pero a mí  me encanta sentir los guantes, la adrenalina, es muy divertido, aparte de que le empieza uno a coger gusto y cariño”, subraya.

“Si he tenido una semana difícil, no tengo por qué desahogar mis problemas con las personas; con el  boxeo, en cada golpe o puño que doy siento que voy descargando esa presión que me molesta. Además, de paso me ejercito”, dice.

De esta manera, y con apenas cuatro o cinco pares de guantes, Eduardo Sarmiento ha comenzado a masificar el boxeo en la ciclovía con la colaboración del IMRD y de la Liga Nortesantandereana de Boxeo.

Ganas y voluntad

Sarmiento,  expugilista, aparte de buscar talentos, se ha propuesto recuperar y alejar a los jóvenes del vicio, proceso que sabe no se da de la noche a la mañana. Lentamente ha logrado cambiar el rumbo de sus vidas a varios muchachos.

“La Liga había venido haciendo este ejercicio antes, pero la subdirectora del IMRD, Lorena Guzmán, nos impulsó a que siguiéramos masificándolo”, cuenta Sarmiento, quien se muestra contento con la labor social y deportiva que está desarrollando.

“Contamos, en promedio, con un grupo de entre 50 y 60 jóvenes que se acercan acá a Las Cascadas de El Malecón. Vienen a entrenar, ya que muchos no pueden ir entre semana al cuadrilátero en el estadio General Santander (donde funciona la Liga), porque estudian o trabajan”.

“Acá  llegan y se les enseña cómo pararse, defenderse, a tener movilidad y han salido muchachos muy buenos”, comenta el instructor mientras en el improvisado ring de cemento algunos muchachos cruzan jabs de derecha o izquierda ante la mirada atónita de quienes acuden a la ciclovía cucuteña.

A Sarmiento lo motiva a seguir con el proyecto el cambio de actitud que ve en los jóvenes. Pareciera que esa bolsa de cuero es el toque mágico para cambiar sus vidas.

“Han salido muchachos muy buenos. Incluso, a personas que han caído en el consumo de drogas y el alcohol, el boxeo los ha ayudado a salir de ese abismo”, destaca el instructor observando a sus pupilos.

Asimismo, resalta que “la policía (que vigila la ciclovía) está contenta porque le estamos ofreciendo a la gente otra forma de vida  a través de la práctica del boxeo, un deporte completo que trabaja todo el cuerpo”.

El entrenador sostiene que el boxeo no es solo pelear y dar golpes, es una actividad que permite tener una buena condición física y que gracias a su grupo de boxeadores de la Liga se han consolidado en la ciclovía.

Sebastián Parra, pese a sus escasos 12 años, es otro madrugador que los domingos, que con el permiso de sus papás y hermanos, sale a la ciclovía, donde goza del ejercicio con el deporte de las narices chatas.

Al igual que Tatiana, un día sintió la atracción. “Antes venía a trotar y a caminar,  y cuando vi lo del boxeo me sentaba a verlos, hasta que un día le dije al profe que me quería meter (a entrenar)”.

“Eso sí, al principio me dio mucho miedo ponerme los guantes y recibir golpes, pero se me ha ido quitando  de a poco. He aprendido mucho de este deporte”, confiesa el pequeñín, que ya muestra su estilo de campeón, con gran movilidad y velocidad.

Concreto en sus respuestas, ‘Sebas’ añade: “no se trata de ponerme los guantes y repartir puños, no. Hay que ser inteligente, saber moverse y defenderse bien, y mi sueño es llegar a las grandes ligas, ser campeón. Acá vengo los domingos y otras veces voy al estadio”.

Esta es otra de las semillas que tiene Eduardo y que espera ver triunfar en el futuro.

Otro testimonio es el de Harold Duarte, quien fue invitado a practicar por su excompañero de colegio y boxeador, Fabio Escobar. Aunque lo hace por afición y para ejercitarse, Duarte afirma que “él me motivó a que lo intentara y ahí vamos. Esta labor que está haciendo el profe es  muy buena. Entrar al boxeo es ser un atleta con disciplina”.

Sin duda, el esfuerzo y dedicación del técnico Eduardo Sarmiento lo sienten sus muchachos, quienes lo acompañan cada fin de semana, llenándolo de satisfacción y gratitud.

“Viéndolos guantear uno les dice que tienen talento, que si entrenaran mínimo dos horas diarias, sería mucho lo que aprenderían y podrían llegar lejos”, añade el profesor Sarmiento.

“Tenemos mucho potencial, se nota la bravura del nortesantandereano. Sin embargo  nos falta mucho apoyo, lograr un espacio para entrenar; si tuviéramos todo eso sería diferente. Pero así, ‘a palo seco’, es muy difícil”, finalizó Sarmiento.

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Omar Romero - Periodista de Deportes
Omar Romero Güiza
Sábado, 11 de Febrero de 2017
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