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El robo de agua

Cúcuta es una de las ciudades del país con más demandas judiciales y pleitos por el robo del agua y de contadores. 

Son alarmantes las cifras que revela la empresa Aguas Kpital sobre las pérdidas y daños que sufre todos los días por el robo del agua y de los contadores, además de las conexiones fraudulentas a las redes del acueducto. 

Es una situación preocupante que se presenta en los barrios de invasión de las zonas marginales, en los sectores residenciales de altos estratos y hasta en las zonas industriales y agrícolas. 

Bien pudiera decirse que estamos frente a una calamitosa actividad ilícita de la que todos somos responsables en mayor o menor medida. 

Según el informe presentado ayer por La Opinión, 3 millones 348 mil metros cúbicos de agua (el 54 por ciento de la producción de la empresa que tiene a su cargo la concesión del acueducto de la ciudad), no se facturan. Esto genera pérdidas cercanas a los 3 mil millones de pesos, a lo que hay que agregar los gastos anuales que superan los arreglos a las redes por los daños técnicos causados para robarse el líquido, y que superan los 4 mil millones de pesos. Son más de 7 mil  millones de pesos con los que se podrían financiar planes de expansión y de mejoras en la calidad del servicio. 

Cúcuta es una de las ciudades del país con más demandas judiciales y pleitos por el robo del agua y de contadores. Ocupa el cuarto lugar y solo la superan Cali (56%), Barranquilla (48%) y Villavicencio (67%).  Como quien dice, otro triste y deshonroso récord que nada bien nos hace, pero sí nos pone en la picota pública como territorio abonado para la comisión de todas las formas delincuenciales y criminales.

Los fraudes más comunes se refieren a la alteración de contadores y medidores, su retiro para permitir el paso directo del agua o cambiarlo por otro no autorizado, intervenir el visor del medidor para impedir la lectura, reconectar sin permiso y en forma irregular el servicio cuando ha sido suspendido, abstenerse de notificar a la empresa fuentes adicionales de suministro, instalar imanes, guayas u otros elementos en el contador, proporcionar de manera temporal agua a inmuebles o usuarios vecinos, e instalar acometidas paralelas para evitar el paso del líquido por el medidor o contador.  

Por esta última situación el año pasado se atendieron 12 mil daños en las instalaciones del acueducto.

Aguas Kpital tiene una alianza con las autoridades judiciales y de la Fiscalía para atacar y combatir el robo de agua y de contadores. 

Pero como desgraciadamente pasa en otros frentes, los trámites engorrosos y la paquidérmica marcha de nuestra justicia parecen conspirar en favor de los delincuentes. De 481 demandas entabladas el año pasado, apenas hay 5 personas judicializadas por robo de agua. Se requiere con urgencia la revisión de esta alianza y buscar los mecanismos para ponerle los dientes que necesitan para que los culpables puedan ser capturados y recibir los castigos que se merecen.     

Le corresponde a Aguas Kpital abanderar e iniciar pronto una gran campaña de sensibilización de la comunidad sobre los efectos negativos del robo de agua y de contadores en Cúcuta. Una cruzada que motive a la comunidad en todos los niveles sobre la necesidad y obligación que tiene que denunciar todos los fraudes, pues estamos frente a un problema que a todos nos afecta.

Domingo, 26 de Marzo de 2017
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