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Miedo y zozobra

Lo cierto es que en este momento se requiere la unidad del país para cerrar filas, sin distingos políticos.

El terrorismo, que el sábado atacó a Bogotá con una bomba en el centro comercial Andino, le puso una sangrienta prueba al acuerdo de paz entre el Gobierno y las Farc, que entre el 20 y 27 de junio abandonará definitivamente el camino de la guerra cuando entregue la totalidad de sus armas que empuñaron durante más de medio siglo.

El bombazo que dejó su huella en París, porque entre las fallecidas se encuentra una ciudadana francesa, tiene lecturas diversas, como por ejemplo la expuesta por el especialista de la Fundación Paz y Reconciliación, Ariel Ávila, que habla que podría tratarse de una operación del extremismo. “Pudieron haber sido estructurales radicales de derecha para ‘tirarse’ el proceso de paz, o estructuras radicales de izquierda seguramente para atacar la clase media y alta que frecuente el Centro Comercial Andino, “pero no hay una hipótesis clara”.

Lo cierto es que en este momento se requiere la unidad del país para cerrar filas, sin distingos políticos, en la lucha contra las fuerzas oscuras que ejecutan este tipo de operaciones para mantener vigente el miedo, la zozobra y el sentimiento de inseguridad.

Pero les compete a los organismos de seguridad del Estado adelantar una certera, rápida, eficaz y profunda investigación sobre este atentado que cobró la vida de tres jóvenes mujeres con el propósito de presentarles a los colombianos y al mundo los resultados que permitan desenmascarar a los autores intelectuales y materiales.

Esto es fundamental para que la verdad aflore sobre este caso, porque como  lo dijera hace poco el exjefe del equipo negociador del Gobierno con las Farc, Humberto de la Calle, “hay un exceso de odio en Colombia”. Esa claridad es vital para prevenir que se exacerben que lleven a ahondar las divisiones entre quienes atacan y cuestionan el proceso de paz y quienes defienden la posibilidad de ponerle fin a más de cincuenta años de conflicto interno.

Saber quién está detrás de ese aleve ataque en el centro comercial Andino, con el que se frustraron los proyectos y esperanzas de tres ciudadanas, pone de  presente que a Colombia le corresponde blindarse para enfrentar, contrarrestar y desterrar los coletazos de la guerra interna que en sus estertores busca aferrarse desesperadamente para no desaparecer. La consolidación de la paz llama a todos los ciudadanos de bien a trabajar en procura de sostener esa conquista, pues ya se demostró que las balas y las bombas lo único que produjeron fue muerte, desolación, desplazamiento y resentimiento entre hermanos.

Hoy se debe entender que se le debe dar oportunidad a la paz y la conciliación para la construcción, en medio de las diferencias, de una sociedad en la que quepamos todos y en la que se ponga, también, punto final a la iniquidad, en donde se desmonte  el imperio de la corrupción y donde las armas que se expongan sean las ideas y la palabra en un campo de batalla del debate democrático.

No más víctimas inocentes como las que acaban de caer en Bogotá y, tampoco, no más aprovechamiento de atentados de esa naturaleza para tratar de sacar réditos políticos

Domingo, 18 de Junio de 2017
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