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Suena la alarma

Trump demostró que es un hombre intolerante y, por lo tanto, un gobernante que no genera confianza.

Luego de meses de negarla, suenan huecas las palabras de Donald Trump para reconocer que sí hubo injerencia rusa ilegal en las elecciones que lo hicieron presidente a él.

Y sembraron muchas dudas en torno de si el líder del país más importante y poderoso de la tierra se comporta como tal, pues usa un doble rasero: con Rusia y Putín es uno y con la prensa estadounidense y los periodistas, otro, arrogante, ofensivo, grosero.

Fue diciente lo que ocurrió en la primera rueda de prensa de Trump luego de su elección. En ella, sin inmutarse, prácticamente declaró la guerra contra los periodistas y la prensa, y lanzó amenazas que quedan mal en boca de un presidente a punto de asumir.

“Pagarán las consecuencias”, amenazó Trump al portal digital buzzfeed.com, que publicó un documento secreto que habla de negocios turbios en Rusia del hoy presidente electo.

Y no es que se pretenda que, de entrada, genere un conflicto internacional. Pero sí se pensó que hablaría con firmeza.

Pero, sobre la intromisión ilegal a través de internet, solamente dijo: “Creo que fue Rusia (...) (Vladimir) Putin debe dejar de hacerlo. Y creo que lo hará”, dijo Trump en tono que dejó más dudas que certezas de que como presidente tratará a su colega de Rusia como al jefe de una potencia rival o como su amigo.

Si antes de convertirse oficialmente en el hombre más poderoso de Estados Unidos ofende a la prensa, porque publica cosas que le molestan a él y a su familia, es muy probable que durante su gobierno la Casa Blanca sea una especie de ring de boxeo en lo político, lo económico y, sin duda, en lo diplomático.

Trump demostró que es un hombre intolerante y, por lo tanto, un gobernante que no genera confianza, un hombre caprichoso y lleno de veleidades y rencores que le afloran con cualquier detalle. Un mandatario así es un riesgo permanente de conflicto, gallo de pelea listo para agredir a quienquiera se cruce en su camino…

Y, un presidente de Estados Unidos así es un peligro permanente de conflicto permanente, el mandatario que otras potencias desean en la Casa Blanca con el fin de cobrar algunos dividendos mal distribuidos hasta ahora.

Lo afirma Kenneth Roth, director ejecutivo de Human Rights Watch: “Trump mina muchos de los estándares básicos de decencia que son esenciales para la democracia (…) Si prevalecen las voces de la intolerancia, el mundo corre peligro de entrar en una era oscura”.

Y agregó que Donald Trump llega al poder apelando al racismo, la xenofobia, la misoginia y el nativismo, y pretende que el público acepte violaciones de derechos humanos, con el argumento de que supuestamente son necesarias para asegurar empleos, evitar cambios culturales o prevenir ataques terroristas”.

La prensa de Estados Unidos, la más seria del mundo, seguirá en su tarea, de informar. Y lo más probable es que publique otros documentos secretos, para exasperación del presidente. Y él, como lo ha demostrado, también continuará ofendiendo, atacando y acusando a la prensa de publicar falsedades.

Jueves, 12 de Enero de 2017
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