En octubre de 2015, la Revista La Ó publicó una entrevista exclusiva con el cantante Martín Elías Díaz, quien lamentablemente este Viernes Santo murió tras un aparatoso accidente de tránsito en Sucre.
La musica vallenata está de luto y en memoria de este talentoso artista, La Opinión recuerda esa conversación con él.
A continuación la entrevista:
Escucharlo hablar, cantar o reír, trae a la mente el recuerdo de su padre, Diomedes Díaz, de quien no solo heredó su talento musical sino varios de los rasgos que caracterizaron al fallecido cantante.
En sus interpretaciones se revive el tinte particular de esa voz que se escuchó en canciones como ‘Mi muchacho’, ‘Mi primera cana’ o ‘Te necesito’, así como el sentimiento que caracterizó cada presentación del ‘Cacique de la Junta’, como era conocido este artista.
Y aunque con sus versos ha logrado convocar a una nueva generación de seguidores que lo aclaman por su talento, también lo acompaña la ‘fanaticada’ que dejó su padre. Martín Elías, uno de los herederos musicales de la dinastía Díaz, no solo construye su propia historia en el mundo vallenato sino que pretende dar trascendencia al legado que dejó su padre.
Sus presentaciones rememoran la mejor época que tuvo el artista vallenato, quizás por eso el público re¬ eja el cariño en este joven que promete ser el abanderado de esta historia y apoyan el ritmo moderno que le impone al tradicional sonido de la caja, la guacharaca y el acordeón.
“No quiero ser Diomedes Díaz. Está claro que no hay nadie como él, pero sí continuaremos con el legado de mi papá y con nuestra historia. Yo seguiré haciendo mi carrera y grabando discos, sin dejar a un lado esa tradición”, indica.
A sus 25 años, es considerado uno de los cantantes con mayor proyección, con siete trabajos musicales, cinco de ellos con el acordeón de Rolando Ochoa, hijo de Calixto Ochoa, y dos con Juancho de la Espriella.
Actualmente promociona su séptimo trabajo discográ co titulado ‘Imparable’, donde recupera la identidad musical que experimentó hace unos años con canciones como ‘Terremoto’ o ‘Ábrete’.
Esta vez son dieciséis canciones que mezclan los sentimientos y la tradición vallenata de grandes compositores como Omar Geles, Wilfran Castillo, Sergio Luis Rodríguez, Jean Carlos Centeno, Romualdo Brito y Tico Mercado, entre otros.
El disco, que se ha convertido en el fenómeno del momento, es el resultado de las nuevas ideas que surgieron al unirse por segunda vez con el acordeonero Rolando Ochoa, quien estuvo por tres años en la agrupación de Silvestre Dangond.
“No fue que no tuviera éxito con Juancho, pero la gente se me acercaba y no paraba de decirme, ‘tú tienes que volver con Rolando’, y me di cuenta que estaba perdiendo mi identidad. Así que volví a buscarlo y la gente nos apoya más que antes”, puntualiza.
Ahora no pide fama ni dinero sino seguir contando con su talento para complacer a un público que pide a gritos las letras de ‘El Gran Martín Elías’.
En entrevista exclusiva con La Ó habló de su música, su faceta como padre, la responsabilidad que tiene con sus seguidores y los sueños que ha tenido con Diomedes Díaz.
Retoma su estilo moderno después de experimentar el vallenato romántico y tradicional con Juancho de la Espriella,
¿Cómo describe ese renacer musical?
Trajimos a los mejores compositores de la música vallenata y recuperamos la identidad musical que ya habíamos mostrado con temas como ‘El terremoto’ y ‘Ábrete’. Ya pasamos las quince mil copias vendidas, algo que agradecemos a Dios porque es la aprobación que nos dan nuestros seguidores para esta segunda etapa con Rolando Ochoa.
¿Cuáles son los ritmos que pondrá de moda?
Este disco trae ritmos distintos a los anteriores. Por ejemplo, tenemos un mosaico hecho con un tema de Nicola Di Bari que se mezcla con una canción de Calixto Ochoa, un juglar de la música vallenata.
Tenemos mucho romanticismo con ‘Te amaré’, de la autoría de Wilfran Castillo, y por supuesto ‘El látigo’, de Rolando Ochoa, que es muy bailable.
Nuevamente sale a relucir su aire compositor, ¿a quién dedica la letra de ‘Amor inexplicable’?
Esa canción se la hice a mi esposa, Diana Jaimes, con quien acabo de tener una niña, Paula Elena. Me tienen enamorado y quise hacerle una canción como agradecimiento por ese hermoso regalo que me dio.
Todos conocen su faceta de cantante y compositor, pero ¿qué hay de su papel como padre?
(Risas) Nada, igual que todos. Soy de los que cambia pañales, doy tetero y llevo los niños al parque. Lo que pasa es que en esto de la música no tengo mucho tiempo y viajo mucho, así que el poco espacio que tengo lo comparto con mis hijos, Paula Elena, de 4 meses, y Martín Elías, de siete años. Ellos son mi adoración y la bendición más grande que Dios me dio.
¿Cómo cambió su vida después del nacimiento de su segunda hija?
Es un ángel que me envió mi papá. Así lo he tomado desde que llegó a mi vida, además porque casi nace el 26 de mayo.
Teníamos programada esa fecha, ya que su nacimiento fue por cesárea, pero al final quisimos que ella hiciera su propia historia.
Nació el 22 de mayo. ¿Con su hijo Martín Elías nace una nueva generación de cantantes que llevan el talento de Diomedes Díaz?
No. Ahora tiene el cuento de que quiere ser futbolista, aunque también le gusta la música. Lo dejo que vaya escogiendo. A su edad, el cuento mío era la música, quería ser cantante, y lo logré. Él aún no ha de nido nada, eso sí lo que Dios quiera, pero que sea un buen ejemplo.
¿Y el gusto por el fútbol viene de su parte?
(Risas) Nada. Sí me gusta el fútbol y lo practico, pero no soy ningún Cristiano Rolando.
Muchas personas dicen que su padre, Diomedes Díaz, vive a través suyo, ¿qué piensa de esas comparaciones?
Grandes artistas como mi padre, Diomedes Díaz, seguirán vivos por lo que hicieron y por su historia. La gente ve a mi padre re¬ ejado en mí, eso no me molesta; al contrario, trato de complacerlos con la música de mi padre. Se puede decir que la bandera la estoy llevando junto con otros hermanos míos.
¿Cómo hacer frente también a tantas críticas respecto a la vida que llevó? Muchos lo tildan como un hombre malo, pero quien lo conoció sabe que era incapaz de hacerle daño a alguien.
Sí tuvo sus errores, muchos errores, porque no fue ningún ángel ni un santo. Ya los santos están contados, pero mi papá tuvo más virtudes que defectos.
¿En qué va la demanda que iban a entablar contra el canal RCN por la novela que se transmite basada en la vida de su padre?
Ustedes saben que a ningún hijo le gusta que hablen mal de su papá, aunque ya no esté. Mi hermano Rafael Santos es el que está haciendo eso y realmente yo estoy un poco aparte dedicándome a mi trabajo; no quiero pensar en nada de ese tema. Llevo en mi corazón todos los recuerdos bonitos y pues son mis hermanos los que cargan por ahí ese resentimiento, pero yo no.
¿Qué resulta ‘Imparable’ en su vida?
Las ganas de seguir adelante. Yo no canto por ganar dinero o ser famoso sino porque hay algo que me impulsa, una pasión. A veces me encierro en el cuarto todo el día a escuchar la música de mi papá o de otros artistas, y cuando salgo ni hambre me da.
¿Aplica el refrán de que ‘la música es el alimento del alma’?
Claro que sí. Y en momentos tristes, como el fallecimiento de mi papá, pre ero escuchar sus canciones aunque no pare de llorar.
¿Solo el vallenato hace parte de su gusto musical?
No, escucho varios géneros. Me gusta mucho la música de Joe Arroyo y Héctor Lavoe. Debo reconocer que Carlos Vives es uno de mis ídolos y tengo un gran sueño que es cantar con él. Ojalá se dé esa oportunidad. Eso sí, no puede faltar el vallenato de los Hermanos Zuleta, Alejo Durán y Calixto Ochoa.
¿Cuándo estará en Cúcuta?
Espero estar en noviembre y diciembre porque vamos a tener dos conciertos, por las redes sociales les estaré avisando. Esperamos que sea del agrado de los cucuteños, además es una tierra que quiero mucho porque mi hijo mayor, Martín Elías, nació en Cúcuta y he querido esa tierra como si fuera la mía. Tengo muy buenos recuerdos porque allá viví momentos muy felices.
¿Cuál es el mejor recuerdo de esa relación de padre e hijo?
La sencillez que demostraba es algo que nunca se me va a borrar. Era de las personas que si estaba almorzando y llegaba el señor que entrega el recibo del agua, la luz o el teléfono, lo hacía entrar y le daba almuerzo, dinero y lo atendía.
¿Con cuál de sus canciones le hizo una dedicación especial?
No, no hay ninguna. Pero siempre le gustó mucho ‘El terremoto’. Me pedía que la cantara una y otra vez. El último cumpleaños de él, me pidió que la cantara con su agrupación y la bailó de principio a fin.
¿Cómo pasan ahora cada 26 de mayo?
El primer 26 de mayo decidí pasarlo fuera del país, porque no me sentía preparado y aún sentíamos mucho dolor por su partida. Ahora no hay nada mejor que hacerle un homenaje con sus canciones y complacerlo con lo que siempre quiso que hiciéramos: mantener vigente su recuerdo.
