Una falla en el sistema de frenos, ocasionó que un vehículo de carga que transportaba artículos de higiene personal retrocediera y colisionara con una vivienda, la tarde del jueves en Capacho. El impacto abrió las puertas del vehículo, que inmediatamente fue abordado por una multitud de personas que procedieron a llevarse la mercancía.
Así relató el comisionado de Seguridad Ciudadana, Ramón Cabeza, el incidente en el cual unas 300 personas saquearon parcialmente un camión cava tipo 350; lo que dio origen a una trifulca entre autoridades y vecinos, que se entendió hasta la media noche y dejó como saldo al menos nueve ciudadanos y varios funcionarios heridos.
El suceso no constituyó la única alteración de orden público ocasionado por la escasez de productos básicos; horas antes, decenas de madres con sus hijos en brazos obstaculizaron el tráfico en una concurrida avenida de San Cristóbal, en protesta porque en un expendio cercano se agotó la fórmula infantil.
Las mujeres aguardaban en la fila desde tempranas horas de la madrugada, bajo un inclemente sol y con sus hijos en brazos; otras en estado de gestación, pero todas con la esperanza de comprar los dos potes de fórmula infantil por persona, que se expendían en el establecimiento. Cuando los encargados anunciaron que el producto se había agotado, las personas en colas, expresando molestia y desesperación, se volcaron a la calle para exigir se les vendiera un producto del que ya no se disponía.
Este viernes, una situación similar se produjo en la carretera Troncal 5; principal acceso a San Cristóbal desde el sur del estado Táchira, cuando a la altura de la población de San Josecito; una multitud protestó en la vía pública para rechazar que el Mercal de la zona hubiese cerrado sus puertas, debido a los cortes programados de energía eléctrica.
A pesar de que los encargados explicaron que sin electricidad les era imposible facturar los productos; la turba, ajena a razones, trancó los accesos para hacer sentir su malestar.
La situación de escasez en San Cristóbal y el resto de las poblaciones tachirenses, mantiene un ambiente tenso en las –cada vez más largas- filas para adquirir los productos de la cesta básica, los de higiene personal así como los pañales y las fórmulas infantiles.
En la mayoría de los casos, las cantidades disponibles no logran satisfacer la demanda de la gran cantidad de personas que ha aguardado durante varias horas para intentar adquirir los productos, generando episodios cada vez más frecuentes de violencia y alteraciones del orden público.
