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Judicial
Lista la comisión para recibir a los reporteros retenidos en El Tarra
Analistas dijeron que la liberación de los periodistas no se produjo debido a la presencia en la zona de nutridos contingentes militares.
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Helena Sánchez
Jueves, 26 de Mayo de 2016

Con horas y horas de espera que no fructificaron y tres periodistas desaparecidos y al parecer en manos del Eln que no regresaron como lo anunciaron diversas fuentes en varias ocasiones, transcurrió el día de ayer.

Por el contrario, en el caso de la periodista de origen español Salud Hernández-Mora, su regreso pareció descartarse cuando el presidente Juan Manuel Santos dijo tener información, según la cual, ella se fue por su propia voluntad a hacer un trabajo periodístico con el Eln.

Otras fuentes ubicaron a Hernández-Mora en Venezuela, o al menos en la zona fronteriza, a donde hace tres días le dijo, en El Tarra, a la monja católica Amanda Bedoya que iría por razones de trabajo.

La atención desde la madrugada de ayer estuvo centrada en el corregimiento Filo El Gringo, equidistante una hora de El Tarra y de Tibú, donde el periodista de RCN televisión Diego D’Pablos y su camarógrafo, Carlos Melo, serían entregados por el Eln a una comisión humanitaria.

Según fuentes cercanas a la comisión, en el sitio estuvieron un delegado del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Alirio Figueroa, párroco católico de Filo El Gringo; un representante de la Defensoría del Pueblo, el alcalde y el personero de El Tarra, José de Dios Toro y Miguel Duarte, y el periodista William Mora, de Radio Catatumbo, retenido por la guerrilla durante varias horas el lunes y luego liberado.

Analistas dijeron que la liberación de los periodistas no se produjo debido a la presencia en la zona de Filo El Gringo de nutridos contingentes militares.

Al caer la noche, una gruesa lluvia hizo renacer las esperanzas de liberación de los reporteros…

En Venezuela 

Sor Amanda Bedoya, quien estuvo con la periodista Salud Hernández minutos antes de que desapareciera, aseguró que pese a haberle pedido una y otra vez que no se fuera sola y que le avisara a las autoridades, ella le dijo que no, que sabía cómo hacer su trabajo.

“Ella (Hernández) saludó al señor de la moto como si lo conociera, se montó y se fue. Me había dicho que el tiempo no le iba a alcanzar porque necesitaba ir a averiguar algo a Venezuela o la frontera y que le provocaba bajarse en Tibú, estaba haciendo como un itinerario”, contó ayer la monja.

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